El calvario de una madre con tres hijos: «La mujer que está okupando mi casa tiene un piso alquilado»
Erica Barceló es una de las muchas personas en España que están sufriendo el problema de la okupación. En Sagunto (Valencia) la mayor parte de las viviendas –ya pertenezcan a propietarios individuales o inmobiliarias– sufren este problema. En el caso de Erica, se cambió de casa hace 3 años por problemas personales y todo ese tiempo es el que lleva sufriendo que una mujer esté okupando su vivienda.
La inquiokupa que padece Erica firmó un contrato de arrendamiento que nunca ha cumplido. Mientras, es la valenciana quien tiene que hacer frente a los gastos de la vivienda y del terreno. A ello, se le suma que ella no trabaja debido a una incapacidad –sufrió un ictus este mismo año– , su marido es el único que aporta dinero a la familia y tiene tres hijos en edad escolar –uno de ellos con problema de autismo–, a los que tiene que sacar adelante. «Económicamente estamos muy mal y no estamos recibiendo ninguna ayuda», explica Barceló en la entrevista con OKDIARIO.
«Nos sentimos desprotegidos por este Gobierno y la nueva Ley de Vivienda nos está ahogando», dice Erica con impotencia. La valenciana estuvo acudiendo a los Plenos del Ayuntamiento de Sagunto e incluso el propio alcalde de la institución le reconoció que no podían hacer nada al respecto. Darío Moreno Lerga es el alcalde del municipio valenciano al que Erica se dirigió con desesperación: «Me dijo que es lo que había, que no podían hacer nada, y así sigo 3 años después».
La situación de Erica y su familia es tan desesperante que incluso le llegó a decir a su okupa que le perdonaba la deuda, ya que necesita de manera urgente que la vivienda se le quede libre para obtener dinero. La inquiokupa ha esquivado y bloqueado a la propietaria varias veces con tal de no dar la cara ni cumplir el contrato. El proceso judicial al que se enfrenta Barceló es muy largo y asegura que «tranquilamente pueden pasar 2 ó 3 años más hasta que le obliguen a desalojar mi casa», decía indignada en la entrevista con este periódico. Lo que más le molesta a la valenciana es que la persona que actualmente está dentro de su vivienda tiene otra en propiedad; sin embargo, lleva tres años dentro de la casa de Erica porque, mientras vive de okupa, encima obtiene una renta de alquiler: «La mujer que está okupando mi casa tiene un piso alquilado», dice Erica, indignada.
El estado de la vivienda okupada es nefasto. Así nos lo ha descrito la valenciana: «Me han dicho que hay hasta una cabra dentro». Es el problema al que se enfrenta esta familia que, además, no puede hacer frente a los gastos de los tratamientos que tiene que recibir Erica tras sufrir el ictus: «Me han subido las dosis de la medicación y los ansiolíticos porque estoy teniendo brotes muy fuertes y no saben a qué se debe», explicaba preocupada.