Una bandera de España bañada en sangre: así es la nueva provocación del ‘artista’ que quemó al Rey
El artista Santiago Sierra vuelve a la carga. En esta ocasión ha presentado la obra Bandera Nacional de España que está realizada con la sangre de personas de países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador y Venezuela, entre otros.
Se trata del nuevo proyecto del creador madrileño, que ya quemó un ninot de tamaño gigante del Rey Felipe VI. También saltó al centro de la polémica al calificar de «presos políticos» a los políticos secesionistas como Oriol Junqueras y los Jordis, al edil de Podemos condenado por agresiones Andrés Bódalo, los titiriteros del «Gora Alca-ETA» o a los implicados en el caso Alsasua. Fue una instalación de fotografías donde se explicaba los antecedentes de cada recluso de forma sesgada.
La obra Bandera Nacional de España se ha presentado este martes 12 de octubre a propósito del Día de la Hispanidad. El lugar que se ha prestado a acoger esta creación supuestamente artística ha sido la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, una entidad de carácter anarquista.
Fuentes del entorno de Sierra explican a OKDIARIO que es «una bandera confeccionada en tejido náutico de 115 gramos sumergida en sangre donada por personas voluntarias». Esa sangre procede de regiones de España como Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, Melilla, Murcia, Navarra, País Vasco, La Rioja y Comunidad Valenciana. Pero también de países extranjeros.
Sierra ha recogido sangre de personas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, Honduras, Italia, Marruecos, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Sahara, El Salvador, Uruguay y Venezuela.
El proyecto Bandera Nacional de España nos invita, según el autor, a «reflexionar más allá del estereotipo». Quiere que los españoles reconsideremos los hechos históricos implícitos en «un símbolo adoptado por la sociedad contemporánea analizando su implicación histórica y representación actual».
El artista dice que vivimos «un período histórico caracterizado por fuertes tensiones sociales y debates sobre el colonialismo». Santiago Sierra quiere con este proyecto «cuestionar los conceptos de identidad, patria y nación». «La obra expuesta al público muestra el resultado de sumergir la bandera nacional en tantas unidades de sangre como territorios han sido colonizados por el Imperio español desde que ésta fue adoptada como pabellón nacional, exceptuando los años de la República», relatan.
Para su realización, se recogieron «múltiples donaciones de sangre» a través de varias sesiones de extracciones en las que los «más de 40 donantes representantes nativos de los diversos países y regiones incluidos en el proyecto han accedido a participar de forma voluntaria». Posteriormente, la sangre recolectada fue «mezclada en una bandeja rectangular con medidas adaptadas en la que se sumergió la bandera, desecándose por completo». Se ha elaborado también un vídeo que documenta el proceso de realización.
Sin comprador
Santiago Sierra acumula fracaso tras fracaso a la hora de vender sus obras. Como desveló OKDIARIO, más de un año y medio llevaban los creadores del ninot del Rey Felipe VI, Santiago Sierra y Eugenio Merino, para vender su obra. Pero ya cansados de esperar quemaron la figura por su cuenta hace ahora un año.
La condición para poder adquirirla la pieza era comprometerse a quemarla. Ni los más fanáticos secesionistas se animaron a pagar por ello. Finalmente, los autores no tuvieron más opción que quemarla ellos mismos en la localidad de Berga (Barcelona). También aprovecharon entonces la festividad del 12 de octubre para su performance. Decían seguir el mismo ánimo de las Fallas: «Deshacerse de lo viejo y de lo corrupto para dejar paso a lo nuevo».
Sierra y Merino desarrollaron una representación hecha de cera del Rey Felipe VI de una altura de cuatro metros y medio. Fue exhibida en la feria ARCO en 2019. Querían conseguir 200.000 euros con la venta de la figura. Pero el alto precio y la obligación de quemarlo, entre otros aspectos, provocó un interés nulo por parte de los compradores.
Tras el fracaso de la venta, Sierra y Merino pretendían poner ahora a la venta el material fotográfico de la quema de la imagen de Felipe VI, junto a la calavera y las cenizas. Querían rentabilizar la obra, pero no ha transcendido que hayan tenido éxito en su pretensión.