La ANC hizo de servicio de orden de la manifestación y puso a los violentos al lado del Rey y Rajoy
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, permitió que los independentistas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) se apropiaran de la manifestación celebrada este sábado para condenar –al menos ese era el teórico objetivo– los atentados terroristas de Las Ramblas y Cambrils.
De este modo, la ANC se ocupó de colocar a varios cientos de voluntarios portando esteladas, justo tras la fila en la que caminaban las autoridades en torno al Rey Felipe VI. El objetivo era que el monarca y el presidente Mariano Rajoy aparecieran envueltos en un mar de banderas independentistas, en las imágenes de la cabecera de la marcha distribuidas internacionalmente por TV3.
Lo de menos era el rechazo al terrorismo yihadista (ausente en la práctica totalidad de las pancartas) o las muestras de respeto a las 16 personas asesinadas y decenas de heridos en los atentados. La alcaldesa Ada Colau permitió que los secesionistas se apropiaran de la manifestación y la convirtieran en un nuevo acto contra la Casa Real, contra el Gobierno y contra la unidad de España.
La consigna: culpar al Rey
Ya desde un primer momento, Ada Colau cedió ante las exigencias de la CUP, que había anunciado que no acudiría a la manifestación del sábado si estaba encabezada por el Rey Felipe VI. El Ayuntamiento de Barcelona acordó entonces que la cabecera de la marcha estuviera reservada a los servidores públicos, como Mossos d’Esquadra y sanitarios, que participaron en la gestión de los atentados.
Las autoridades quedaron relegadas a la segunda fila y, justo tras ellos, la ANC colocó a sus voluntarios portando banderas independentistas. Con un especial protagonismo de personajes como el miembro de ERC David Minoves, que se fotografío junto al monarca con una pancarta en la que se leía: «Felipe, quien quiere la paz no vende armas».
Como ha informado OKDIARIO, se trata del mismo David Minoves que organizó en Cataluña los actos de bienvenida y apoyo al terrorista Arnaldo Otegi tras salir de la cárcel. De este modo, los mismos independentistas que abrazan al terrorista Otegi se encargaron de convertir la manifestación del sábado (convocada teóricamente para condenar el terrorismo) en un nuevo acto de repudio al Rey que representa a todos los españoles.
Pablo Iglesias y el embajador
Tanto la CUP como los principales líderes de Podemos (Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Pablo Echenique y Teresa Rodríguez) se encargaron de difundir el mensaje oportuno: los atentados de Barcelona y Cambrils no son culpa de los terroristas que asesinaron a 16 personas, sino del Gobierno y la Casa Real por sus «lazos de amistad» y por vender armas a Arabia Saudí.
Mientras tanto, Pablo Iglesias se hacía fotos en la manifestación, sonriente, con el embajador de Qatar, país al que acababa de acusar de ser el principal financiador de Estado Islámico (ISIS). Así celebraban que el emirato de Qatar haya restablecido relaciones diplomáticas con Irán, la dictadura teocrática que tiene contratado a Pablo Iglesias como presentador de Fort Apache en su canal islamista internacional HispanTV.