La CUP pone en jaque la mayoría independentista si JXCAT y ERC eligen la vuelta a la legalidad

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Diputados de la CUP, con Carles Riera al frente, entonan 'Els segadors' en el Parlament. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Hasta ahora, y en espera del acuerdo entre Junts per Catalunya y ERC, la CUP ha mantenido un perfil bajo. Pero el poder de los antisistema-cuatro diputados-no es menor. Sus votos pueden ser decisivos ante una legislatura en la que el independentismo se verá obligado a contar voto a voto.

Juntos, el bloque independentista suma 70 escaños. Pero aparecen los problemas: los cinco diputados electos, y fugados en Bruselas-entre ellos, el propio expresidente Carles Puigdemont- tienen complicado delegar el voto, porque, en ese caso, el Gobierno recurrirá al Tribunal Constitucional (TC). Sí podrán votar los tres en prisión, con lo que la suma sería de 65 votos. El mismo número que suman el bloque constitucionalista (Ciudadanos, PSC y PP) más los ‘comunes’.

«Voto de bloqueo»

Si los diputados en Bruselas no renuncian a sus actas, los votos de los radicales serán determinantes para que el bloque independentista pueda sacar adelante sus iniciativas. Como ya ocurrió en la pasada legislatura, la CUP vuelve a atar en corto al futuro gobierno, y, además, con una advertencia, que ya ha dejado por escrito: «La CUP no apoyará ningún Govern que pretenda una vuelta al autonomismo o que entienda el diálogo con el Estado como un punto de partida», dicen en su programa político, en el que amenazan con no asistir a las sesiones plenarias o ejercer un «voto de bloqueo» en el caso de que «el resto de candidaturas independentistas no prioricen la materialización de la República».

De esta forma, existen muchas dudas sobre cómo los independentistas podrán hacer compatibles la satisfacción de la CUP con la intención de no  arriesgar su horizonte penal.

Para empezar, el discurso, más moderado, del nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, ya ha movido a los antisistema. En una clara advertencia, el que fuera candidato de la CUP a las elecciones del 21-D, Carles Riera, le acusó de «traicionar el espíritu del 1-O». Torrent no hizo en la intervención ninguna alusión a la República catalana.

Riera ha criticado la propuesta de Torrent de «restablecer el autogobierno» porque considera que «no hace más que alejarse del mandato popular del 1-O y de lo que acordó el Parlament el 27-O», en alusión a la declaración unilateral de independencia.

La que fuera responsable del grupo parlamentario de la CUP en la pasada legislatura, Mireia Boya, también ha advertido:

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