La Generalitat ultima su plan B: romper con la CUP y celebrar elecciones cuando falle el referéndum
Máximos responsables del gobierno catalán ya no tienen tan claro que el referéndum pueda celebrarse. De hecho siempre ha existido un ‘plan B’ a la hoja de ruta soberanista que ya se estaría ultimando hacia la celebración de un adelanto electoral en cuanto fracase la consulta, según ha podido saber OKDIARIO.
El objetivo de la Generalitat siempre ha sido convocar el referéndum para que la voluntad popular decida sobre la independencia de Cataluña. Es la premisa que recuerdan los principales líderes independentistas en las reuniones «discretas» que celebran cada mes para realizar el seguimiento del plan soberanista. Se trata de cumplir con la hoja de ruta (el ‘plan A’) que propuso el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, hacia una Cataluña independiente.
Instituciones y ciudadanía
Las herramientas clave para llevar la propuesta a cabo son dos: coordinar el trabajo institucional con la movilización popular. Hasta el momento, el trabajo duro se ha desarrollado en el ámbito de las consejerías. Desde reuniones con los funcionarios para que colaboren y sepan cómo evitar los delitos de sedición, prevaricación, etc; hasta impulsar el documento de partida hacia la nueva república, con su Hacienda y estructura de defensa propias, entre otras, como ya anunció el ex presidente Artur Mas al Financial Times.
En este apartado institucional la clave sin duda era «internacionalizar el proceso». Algo en lo que Mas y Puigdemont han hecho verdaderas competiciones. Si el resto de países apoya la consulta, resulta más fácil para la Generalitat impulsar en el Parlamento catalán las leyes de desconexión y de ahí convocar el referéndum. Sin embargo, la cosa salió mal comenzando por Europa. En el Parlamento Europeo nadie les quiso recibir y cuando parecía que tenían al gobierno estadounidense de su parte, al menos a dos congresistas, Donald Trump envió un comunicado asegurando que sus acuerdos serán con una España unida.
A este jarro de realidad se sumó el capítulo de las inhabilitaciones y las respuestas del Gobierno mediante el Tribunal Constitucional. El diputado Francesc Homs pensaba que no sería inhabilitado mientras el discurso de estas fuerzas se resquebraja por momentos. Nadie quiere ‘mojarse’ para tener que rendir cuentas ante los tribunales o incluso tener pena de cárcel. Llegados a este punto, la semana pasada convocaron otra de esas reuniones «discretas» para poner en marcha la segunda parte del plan: que los voluntarios lleven el peso del referéndum.
Para ello y a partir de esta semana se lanzarán distintas iniciativas porque «tiene que haber participación popular para que hagan suya la consulta», acordaron a puerta cerrada los principales líderes soberanistas, según las fuentes consultadas. Este domingo se dio el primer paso colocando carteles con ‘sí’ en grande por toda Cataluña.
Goita quin «sí» més maco que s’ha instal·lat a la Rambla de Girona! #unSígegant pic.twitter.com/B7otlfcHAb
— Carles Puigdemont (@KRLS) 16 de abril de 2017
Desde el PDeCAT intensifican su trabajo con sectoriales para reforzar al partido. Necesitan una cara visible de cara a los próximos comicios. Y desde ERC también hacen los propio pero con otra visión más presidencialista (cuidar y relanzar a Junqueras). Ahora y mientras demandan públicamente «unidad», se miran de reojo ante el más que posible adelanto electoral. A estas alturas de la película y después de tantos años saben que, públicamente, ya no pueden dar marcha atrás.
Es aquí donde hay división de opiniones. Los de Puigdemont aseguran que el referéndum se convocará. ¿La fecha? «Depende de lo ‘caldeados’ que estén los ánimos y la movilización popular», aseguran las mismas fuentes. Se prevé una Diada muy festiva y el 27 de septiembre, sería la fecha tope para convocarlo. El presidente de la Generalitat sabe que tiene que llevar el mayor peso de la consulta, ya que no va a renovar su puesto.
Tanto PDeCAT como ERC contemplan en estos momentos a la CUP como un lastre. Los ‘cuperos’ solo quieren adelantar el proceso y ya desafían en público a sus socios con poner fecha y aclarar la pregunta. Algo se huelen y no quieren una simple convocatoria de elecciones. Hasta el punto de que la portavoz en el Parlamento de Cataluña, Anna Gabriel, desveló que su partido duda si presentarse a los próximos comicios si no hay referéndum.
La CUP es en estos momentos para la Generalitat la ‘china’ en el zapato que frena el resto de iniciativas parlamentarias y ante esto, ambos partidos buscarán escenificar la ruptura poco a poco y en cuanto tengan asegurados los comicios. Primero, votando diferente en las propuestas que nada tengan que ver con el referéndum en el Parlamento.
¿Y si el referéndum no se celebra?
Puigdemont busca ir hasta las últimas circunstancias, la celebración del referéndum, pero en el PDeCAT ya no tanto y mantienen sus planes en busca de un sucesor que no termina de llegar. ¿Y si ante la rapidez de la Justicia el referéndum no llega a celebrarse?
Es el asunto que los más avezados ultiman: el ‘plan B’. Una amplia mayoría apuesta por que Puigdemont se sacrifique y explique en el Parlamento catalán que el Gobierno de Mariano Rajoy, una vez más, ha puesto freno a sus pretensiones.
Es aquí cuando convoque un adelanto electoral en clave autonómica que ya habrá tenido la campaña de movilización hecha, la misma que para el referéndum. Con los ánimos encendidos la ciudadanía, esta vez sí, acudirá a las urnas legales para, en previsión de algunos, darle la victoria al partido que tenga el poder suficiente como para volver a impulsar la consulta: ERC. El plan de algunos dirigentes se habrá concretado y el esfuerzo no habrá sido en balde.