Industria pública

Sánchez destruyó en Navantia 1.200 empleos en tres años y disparó el gasto en externos

Ahora saca pecho prometiendo cientos de nuevos empleos en esta empresa estatal, en la que fulminó el 36% de su masa salarial entre 2019 y 2021

Navantia se hace con dos contratos por un total de 61 millones para mantener los buques de la Armada

La gestión de Pedro Sánchez destruyó desde el ejercicio siguiente a su entrada en el Gobierno hasta 1.200 empleos en Navantia
La gestión de Pedro Sánchez destruyó desde el ejercicio siguiente a su entrada en el Gobierno hasta 1.200 empleos en Navantia
Patricia Sanz
  • Patricia Sanz
  • Abogado, periodista y máster tributario de Garrigues. Antes, asesora fiscal por Luxemburgo y España, ahora, redactora jefe de Economía de OKDIARIO.

La creación de cientos de nuevos puestos de trabajo en los astilleros de la empresa pública Navantia ha pasado a formar parte de la particular lista de promesas electorales cocinada por el PSOE de Pedro Sánchez. Pero sus palabras se desmoronan cuando se contrastan con el reguero de destrucción de empleo y de masa salarial que ha dejado el sanchismo instalado en La Moncloa. Entre 2019 y 2021 acabó con 1.200 empleos en Navantia, a la par que disparado el dinero pagado a profesionales externos, según los informes oficiales de la cúpula directiva de esta empresa pública, a los que ha tenido acceso OKDIARIO.

El contenido de esa documentación mercantil es alarmante: en los primeros tres años completos de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, en Navantia acabó con el 23% de la plantilla que tenía esta empresa estatal cuando el líder socialista llegó al poder, gracias a la moción de censura contra Rajoy, que salió adelante con el apoyo de sus socios independentistas y comunistas.

Los documentos oficiales de gestión rubricados por los máximos directivos de Navantia así lo demuestran. El informe anual no financiero del Grupo Navantia sobre el ejercicio 2018 indicaba que, a 31 de diciembre de aquel año, esta compañía sumaba un total de 5.186 trabajadores. A esa fecha, Sánchez llevaba seis meses en La Moncloa, pero no le había dado tiempo de desplegar sus particulares estrategias de gestión en los entramados empresariales públicos, más allá de empezar a repartir entre afines y amigos algunos de los cotizados puestos directivos de diversas sociedades estatales.

El de 2019 fue el primer año completo de gestión ejecutiva de empresas públicas atribuible al Gobierno de Sánchez. Y ese ejercicio ya empezó a resultar damnificada la plantilla de Navantia. Fue el principio de una severa destrucción de empleo que dejó esta empresa estatal con 3.984 trabajadores a 31 de diciembre de 2021. Es decir, exactamente, 1.202 empleos menos que tres años antes.

Menos empleo, menos rentas

El saldo fue desolador. Impactó de lleno en zonas en las que se enclavan los centros productivos de Navantia, cuya red de sedes se extiende por las bases de astilleros que tiene en Ferrol (La Coruña), San Fernando-Puerto Real (Cádiz) y Cartagena (Murcia). Su actividad principal es la construcción naval y el mantenimiento de buques y de sistemas técnicos que sirven en ellos. A esa red fabril se le añaden las oficinas centrales de Navantia en Madrid capital, y diversas delegaciones que tiene repartidas por el extranjero.

Contar con una estrategia de negocio adecuada resultaba vital para mantener a flote los empleos en Navantia, de cuyos centros de producción depende una buena parte –a veces una gran fracción– del empleo de los municipios en los que se enclava. La preocupación se arrastra desde hace años, ante una deriva de pérdida de actividad y de empleo que ha quedado de manifiesto en la etapa de Gobierno de Pedro Sánchez.

A falta de conocer las cuentas de 2022 que aún no han sido aprobadas y presentadas ante el Registro Mercantil, el balance que dejó la gestión del PSOE en Navantia en su primer trienio de mandato 2019-2021 es demoledor. Además de destruir 1.202 empleos, se llevó por delante el 36% de la masa salarial. Es decir, además de fulminar puestos de trabajo en territorios muy necesitados de actividad laboral, redujo las rentas del trabajo generadas por Navantia: no sólo, lógicamente, por los sueldos que desaparecieron con los empleos perdidos, sino porque parte de los puestos fueron objeto de planes de rejuvenecimiento, que supusieron la sustitución de trabajadores veteranos por otros con sueldos menores.

El resultado de conjunto es que en 2021 Navantia tuvo unos gastos de personal 140,96 millones inferiores de los que había tenido en 2018. Es decir, unos 141 millones menos de rentas del trabajo dejadas allí donde está presente Navantia, lo que impacta de lleno la capacidad de compra en las economías de esos territorios.

Sánchez y sus promesas

Este devastador balance pone en evidencia a Sánchez cuando, ahora, no duda en presumir de que va a crear empleo en esta sociedad estatal. Promesa en vísperas de elecciones y después de haber jibarizado la plantilla de esta sociedad estatal. Sin rubor alguno, el pasado marzo, con las elecciones municipales y autonómicas a la vista, Pedro Sánchez prometió en Barcelona que en el futuro se crearían en Navantia 1.500 puestos de trabajo.

Pero la realidad cierta es que, a la par que el trienio sanchista 2019-2021 se llevó por delante 1.202 empleos en Navantia, prosperaron los pagos a empresas y profesionales externos. Es decir, menos trabajo interno, pero más encargos por externalizaciones.

Los informes oficiales de la cúpula de Navantia recopilados por OKDIARIO lo demuestran: en 2018, esta compañía pagó por servicios exteriores 260 millones de euros. Sin embargo, en 2019, primer año completo con Sánchez en el Gobierno, Navantia desembolsó por servicios externos 297,4 millones de euros, 37,4 millones más. Y la escalada se acentuó en 2021, cuando la factura pagada por esta sociedad estatal a las empresas y profesionales externos alcanzó los 356,5 millones de euros. Es decir, 96,47 millones más que en 2018, un aumento del 37%.

Dentro del apartado de servicios exteriores, en 2021 Navantia pagó, entre otros conceptos, 43,5 millones de euros por trabajos subcontratados en reparaciones y conservación, 32,3 millones de euros por servicios de profesionales independientes y 208,4 millones agrupados bajo la denominación genérica de «Otros servicios», sin detallar cuáles son en concreto. En 2021, esta subpartida fue 61 millones de euros superior a la de 2020.

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