Telefónica, el master plan de Pedro Sánchez
El presidente conocía de la 'operación Telefónica' pero no quería ser el firmante de la misma
Esto es lo que te puede pasar si tenías acciones de Telefónica antes de la compra de Saudi Telecom
La entrada de Saudi Telecom en Telefónica presiona para iniciar las fusiones de telecos en Europa
Pongámonos en situación. La semana pasada, para sorpresa del sector de las teleco -y supuestamente de Pedro Sánchez-, Telefónica anunció que Saudi Telecom Company (STC Group) le había comprado de forma “amistosa” el 9,9% de sus acciones: 4,9% de acciones representativas de su capital social e instrumentos financieros que confieren una exposición económica sobre el otro 5%. De golpe y porrazo, la firma que pertenece en un 64% al fondo soberano saudí, presidido por el príncipe heredero Mohammed bin Salman; se convierte en el principal accionista de la mayor empresa de telecomunicaciones de España.
El revuelo está armado. El escudo antiopas prolongado indefinidamente el pasado 3 de julio por un ya habitual decretazo del Ejecutivo español lo dice claro: el Gobierno tendrá que autorizar la compra porque Telefónica es proveedor de servicios de Defensa y la adquisición supera el 5% -que no 10%, según reza la norma general-. El debate intramuros del Ibex se ha centrado en dilucidar si fue la operadora quien solicitó el cambio normativo por miedo a que Pallete tuviera en su consejo a un vigilante saudí.
El Gobierno lo sabía
Pero detrás de esta historia, podría haber un gran plan. El protagonista vuelve a ser el mismo que se quedó sin serie en Netflix: Pedro Sánchez. El Gobierno conocía desde hacía meses la operación, tal y como este digital desveló en exclusiva, a través de una compra ‘a plazos’ de las acciones, rastreable en la Bolsa de Madrid. Hecho confirmado por la fecha en que los saudíes constituyeron todo un entramado societario en Luxemburgo para adquirir los títulos de Telefónica desde el Gran Ducado y ahorrarse así los impuestos en España tanto para su compra como para las futuras repatriaciones de beneficios.
Si los socialistas ya se veían fuera del Ejecutivo desde principios del presente 2023, tal y como algunos populares han confirmado a este digital, ¿por qué Pedro Sánchez aprobó la modificación del escudo antiopas a dos semanas de las elecciones generales del 23J y a dos meses de la ‘operación Telefónica’? ¿Qué interés tenía el presidente en cerrar una operación que se iba a materializar con él fuera de La Moncloa? ¿Por qué casualmente el socialista se infectó de la Covid-19 y se libró de ver cara a cara al príncipe saudí en la cumbre del G-20 del pasado fin de semana? ¿Por qué no quiso ser él quien rubricara la autorización si dejó todo absolutamente preparado para que así sucediera?
Información sensible
No es moco de pavo hacerse todas estas preguntas pues STC Group, la que ahora posee casi una décima parte de Telefónica, es la mayor teleco de Oriente Medio y su capitalización bursátil dobla la de la teleoperadora española. También, porque la mercantil española dispone de información sensible de la Nación española al ser contratista de Defensa: entre otros, sobre la red de comunicaciones de la Armada, el sistema de satélites del que dependen las operaciones del Ejército dentro y fuera de España, los dispositivos de defensa contra drones hostiles, los servicios tecnológicos de los que se nutre el escudo de ciberseguridad estatal o las redes tecnológicas de los servicios antiblanqueo de capitales del Banco de España.
Ahora bien, el boomerang de Pedro Sánchez regresará en apenas 3 meses, plazo en que los saudíes deben haber obtenido la autorización del Gobierno español para la adquisición de su 9,99% en Telefónica. La estrategia del experto en resistir podría verse retratada y aflorar oscuros intereses que el cuarto poder no ha logrado desvelar, por ahora. Recordemos que hace exactamente un año el Ejecutivo estaba autorizando al dueño de Prisa a alcanzar un 9,99% en Indra. El presidente del Gobierno nunca da puntada sin hilo y este podría ser todo un master plan.