Inversión

Sánchez; ¡El plan del hundimiento!

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Pedro Sánchez en el Congreso. (Foto: PSOE)

«El Plan de Recuperación es el plan económico más ambicioso de la historia reciente de España» Pedro Sánchez.

Magnánimo se debía sentir Pedro Sánchez cuando se atrevía a anunciar el martes pasado a bombo y platillo su “ópera prima”, el denominado ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’ para la economía de España, una mal maquillada “gran oportunidad” venidera de esta crisis. Francamente, no me cabe duda que todos aquellos que amamos la libertad económica observamos atónitos cómo un gobierno de dudosa legitimidad se está jugando el bienestar de nuestra sociedad, de nuestra manera de vivir. ¿Y si les dijera que este “súper plan” es toda una pérdida de oportunidad? Dudo que les sorprendiera a estas alturas dado su track récord, ¿verdad? ¡A desmenuzarlo pues!

Los innumerables y repetidos mensajes que lanza Europa advirtiendo que España tiene un serio problema de modelo que arrastra desde hace años, es algo que todos los economistas sabemos y personalmente advierto desde hace años. Llevándolo a un sentido amplio, podríamos entender que España es una democracia joven, con poco más de 40 años de historia y que en este tiempo de bipartidismo se ha gestado una transición que nos ha llevado a un modelo económico basado en la cultura del pelotazo, la cual se fomentó principalmente  por la bestial burbuja inmobiliaria que lamentablemente vivimos ¡ojalá hubieran existido los cortos operativos en ese sector!

¿Qué nos quedó? Grandes corporaciones de servicios públicos, de muy poca calidad y productividad, baja innovación y una colosal participación del Estado en la economía ¡toda una joya! España ni ha tenido, ni al parecer tendrá un proyecto común que sea la envidia de nadie. Al contrario, desgraciadamente se está convirtiendo en un país con una inoperante y agotadora burocracia que pone incalculables trabas a cualquier intento de emprendimiento, que fomenta aquellas políticas sociales que no aportan ningún tipo de ventaja competitiva, y que a veces trata como delincuentes a aquellos que quieren tirar hacia adelante, lo cual siempre debería ser de admirar.

Vamos, un país que está empezando a creer que “rico” es un insulto, convenientemente no quiere comprender cómo se llega allí. ¿Para empezar? respetado y admirado la valía. En mi caso, mi valor sólo lo decido yo; no terceros.

«Una economía triste y desmotivada, que se empeña en penalizar cualquier esfuerzo inteligente o cultivado»

Al fin y al cabo, todos sabemos que la economía gira alrededor de la inversión y que cuando no puedes competir con otros mercados por precio, debes hacerlo por absoluto valor añadido (innovación y empleo cualificado). Si fomentas la innovación incentivando a la nación bajo empleo de calidad, el país avanza. Ya no les pedimos magos financieros liderando el congreso… pero sí como mínimo sentido común y libertad. Libertad para tomar decisiones y para gestionar nuestros propios recursos.

Si pymes, autónomos, y empresarios nos vemos en situación de ser comprendidos por este Estado, probablemente se generarán empleos de mejor calidad y una mayor motivación para nuestros futuros hijos, que les permita una mejor educación. Las aspiraciones mueven el mundo, y si no podemos aspirar a nada, ¿qué nos queda? Una economía triste y desmotivada, que se empeña en penalizar cualquier esfuerzo inteligente o cultivado. El Estado dice querer cultura, pero ello ni por asomo se ve reflejado en los salarios de los recién graduados universitariamente.

Dicho lo cual, el actual presidente nos deja en su “ópera prima” un plan plagado de incongruencias, banalidades y vacíos que cuestan mucho de comprender. ¿Algún argumento en favor de incentivar la iniciativa privada, la internacionalización empresarial o el tejido de las PYMES? ¡NO!

El sector turístico recibirá únicamente 3.400 millones de euros, y sin embargo se destinarán 4.315 millones de euros a modernizar las administraciones públicas

Alardear de crear 800.000 puestos de trabajo con una inversión de 140.000 millones de euros, significa que teniendo en cuenta las transferencias, el gobierno invertirá 87.500 millones de euros por puesto de trabajo, o el doble si computamos deuda y transferencias. ¡Una auténtica barbaridad! ¿Les sorprende si les cuento que el sector turístico (sin duda el más afectado de la economía española) recibirá únicamente 3.400 millones de euros, y sin embargo se destine 4.315 millones de euros a modernizar las administraciones públicas? Y ni voy a hablar de los 3.380 millones de euros destinados a I+D. ¡Lamentable!

Lo que me queda claro es que este dichoso “Plan” incorpora 12.300 millones de euros hacia la movilidad sostenible y 6.800 millones de euros en rehabilitación de viviendas y regeneración urbana, dentro de lo que denominan transición ecológica. ¿En cristiano? Que en vez de aprovechar los recursos económicos para implementar un ambicioso plan de reformas, para transformar y modernizar el modelo económico de España a través de inversiones que repercutan sobre tejido productivo, ¡volvemos a las andadas!

Inflar el sector de la construcción bajo infraestructuras inservibles, y potenciar a su vez a otro sector que va precisamente sobrado de acceso a la financiación (el de las energías renovables). ¡Claro que sí! Sigamos fomentando las subvenciones a infraestructuras inoperantes, como aeropuertos variopintos repartidos por toda nuestra maravillosa geografía, que básicamente el único tráfico real que tienen es el de algún trabajador del mismo que pase por allí.

Gastar

Sánchez, ¡mecachis! que te hemos vuelto a pillar. ¿A que lo que querías era crear un súper plan de presupuesto de gastos? Algunos inconcretos y muy mal repartidos, por cierto. Cierto es que España está siendo halagada por su celeridad a la hora de presentar el Plan, pero la rapidez no tiene porqué ser sinónimo de eficiencia, pero siempre lo es de necesidad. Asumámoslo señores, España va a perder una nueva oportunidad destinando los recursos de Europa a otro fiasco, y demostrando algo que bien saben los socialistas; ¡que gastar es más fácil que invertir!

¿Resumiendo? La recuperación de España durará lo que duren los fondos, sentado ¡cómo no! Nuevamente unas bases que fomentan la cultura del pelotazo en pro de la especulación, la ignorancia y las ventajas a las grandes corporaciones en vez de hacer lo que deben; construir coherentemente las reformas que tanto necesita nuestro país, como facilitar la iniciativa privada y la emprendeduría como epicentro para que pymes, autónomos y empresarios/as sean los que inviertan los recursos, en vez del absurdo derroche propuesto por el ejecutivo de Pedro Sánchez, este hombre me hace vivir en un ‘déjà vu’ constante. Buenos días, y buena suerte.

Gisela Turazzini, Founder CEO, Blackbird Bank

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