Poca gente lo sabe, pero el último emperador del Imperio Romano nació en este fascinante pueblo de Segovia
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En el corazón de Tierra de Pinares, se encuentra un pueblo de Segovia cuyo nombre está ligado a uno de los capítulos más significativos de la historia del Imperio Romano. Sus orígenes se remontan a la época prerromana y, desde entonces, se convirtió en un asentamiento estratégico tanto por su situación geográfica como por su importancia económica.
Estamos aquí ante un rincón que no sólo ofrece vestigios arquitectónicos de diferentes épocas, sino que también custodia la memoria de un personaje que cambió el rumbo político y religioso del mundo antiguo. Desde su nacimiento en estas tierras, hasta su ascenso al poder en Roma, este emperador dejó una impronta que aún se estudia en la historiografía europea.
¿Cuál es el pueblo de Segovia en el que nació el último emperador del Imperio Romano?
El pueblo de Segovia al que se hace referencia es Coca, conocido en la Antigüedad como Cauca. Fue aquí donde, en el año 347, nació Teodosio I el Grande, el último emperador que gobernó de forma conjunta el Imperio Romano.
Su figura se sitúa junto a la de otros emperadores hispanos como Trajano y Adriano, aunque su importancia radica en haber consolidado el cristianismo como religión oficial.
En Coca aún se conserva un busto en su memoria, símbolo del reconocimiento hacia su legado. El contexto en el que nació Teodosio no fue casual: la zona contaba con villas romanas, una aristocracia influyente y una economía agrícola próspera que facilitó el ascenso de miembros de esta tierra en la política imperial.
El Castillo de Coca, joya del gótico-mudéjar
Uno de los mayores atractivos del pueblo de Segovia es el Castillo de Coca, que figura en la imagen destacada y fue levantado a finales del siglo XV bajo encargo del arzobispo Alonso de Fonseca. Se trata de un ejemplo destacado de arquitectura militar gótico-mudéjar, construido principalmente en ladrillo y reforzado con un foso de más de veinte metros de profundidad.
Sus torres poligonales y el diseño de sus bóvedas interiores, obra de Alí Caro, convierten al edificio en un testimonio único de la fusión entre estilos arquitectónicos. El castillo ha tenido diferentes funciones a lo largo de su historia, desde fortaleza defensiva hasta espacio señorial.
Hoy, su conservación lo posiciona como uno de los monumentos más relevantes de la provincia.
Patrimonio arqueológico y religioso de Coca para visitar
El pueblo de Segovia cuenta también con un extenso legado arqueológico. Se conservan verracos vacceos, esculturas zoomorfas de origen prerromano, vinculadas al pastoreo y utilizadas como hitos territoriales.
Asimismo, destacan restos de una Domus Romana con frescos de gran tamaño que reflejan la vida cotidiana de la élite local en la Antigüedad.
En el ámbito religioso sobresale la Iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XVI, con una nave única cubierta por una bóveda de crucería.
También permanece en pie la Torre de San Nicolás, vestigio románico que en su momento funcionó como atalaya defensiva. Junto a estos templos, la Ermita de Santa Rosalía y el Hospital de la Merced completan el patrimonio sacro y asistencial del lugar.
Un pueblo de Segovia con memoria viva: ¿Qué más se puede visitar en Coca?
El trazado urbano de Coca mantiene elementos medievales como la muralla y la Puerta de la Villa, que en la Edad Media formaban parte de un sistema defensivo.
El entorno se completa con puentes históricos sobre el río Eresma y el arroyo Balisa, construcciones que muestran la evolución de la ingeniería desde tiempos romanos hasta la Edad Moderna.
En la actualidad, la tradición local se refleja en su gastronomía, con especialidades como el cochinillo asado y dulces a base de piñones, así como en celebraciones populares como las fiestas de Nuestra Señora y San Roque cada agosto, con encierros y actividades taurinas.
Todo este conjunto refuerza la singularidad de este pueblo segoviano, cuyo nombre permanecerá ligado para siempre a la figura de Teodosio el Grande.