Ribera carga contra las eléctricas: afirma que subirían «mucho más» los precios sin el tope al gas
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado que las compañías eléctricas propondrían «precios mucho más altos» si el Gobierno no hubiera aprobado el tope de precio al gas para reducir el precio de la factura de la luz. En una entrevista, Ribera ha concretado que las compañías subirían las tarifas a 180 y 200 euros MWh si el Gobierno no lo hubiera impedido: «No puede ser que en unas circunstancias como estas lo que no vale más genere unos beneficios de semejante calado», ha argumentado.
De hecho, Ribera ha asegurado que de 200 euros de media que podrían cobrar el MWh, las eléctricas ahora lo podrán a hacer como máximo a 140, algo que les comportará una «importantísima disminución de los beneficios potenciales que hubieran recogido las eléctricas». Ha explicado que la denominada ‘excepción ibérica’ comporta que, si para producir electricidad se necesita un 20% o 25% de gas, se pague eso «y no todo lo demás», y ha asegurado que supondrá un ahorro de entre el 15% y el 20% en la factura.
También ha sostenido que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está analizando la información que las eléctricas están obligadas a trasladarse desde septiembre, para «arrojar más transparencia y exigir información de los precios entre quien genera la energía y quien la comercializa, pero también entre estos y el cliente final».
Ha negado que el suministro de gas en España esté en riesgo por el anuncio de Argelia de romper las relaciones comerciales con España, y ha asegurado que la relación entre ambos países es «suficientemente importante, sólida y amplia tanto en el tiempo como en los temas de interés como para desear una pronta recuperación de esta situación».
Considera que el suministro del gas depende de contratos entre empresas privadas que deben «quedar al margen de ese posicionamiento político» y cree que las energéticas españolas han diversificado sus proveedores para evitar la dependencia. Preguntada por si España puede salir perjudicada de una intensificación de los vínculos entre Argelia e Italia, ha dicho textualmente que la relación con los italianos es buenísima y que, de hecho, España le está ayudando con suministros de gas natural licuado «y se ha llegado a contemplar el gasoducto Barcelona-Livorno, aunque todavía es un proyecto muy preliminar».