Energía

El Gobierno se carga los contratos a precio fijo de la luz con el caos de su tope al gas

Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Una consecuencia de la caótica medida del Gobierno de poner un tope al gas para rebajar la factura eléctrica es que durante un año no podrá haber contratos de la luz a precio fijo como los actuales. Al tener que pagar la compensación a las gasistas, estos consumidores verán fluctuaciones en su recibo en función del precio del gas y del número de consumidores que asuman dicha compensación.

Esto se debe a que hay que compensar a las centrales que generan electricidad con gas (ciclo combinado) por la diferencia entre el tope al gas -48,8 euros como media en 12 meses- y el precio de mercado. Esa compensación no sólo la pagarán los clientes del mercado regulado, es decir, cuyo recibo depende de la subasta diaria y que son los que se benefician del tope. También la pagarán los del mercado libre que tienen un precio fijo al mes, a medida que tengan que renovar sus contratos; normalmente, tienen que renovarse cada año.

A partir del mes en que les toque renovar, estos consumidores tendrán que pagar esa compensación a las gasistas. Y como esa compensación depende del precio del gas en el mercado y del número de clientes entre los que se reparta, cada mes pagarán una tarifa distinta. Con el sistema impuesto por Teresa Ribera, no podrá haber contratos con precio fijo durante los próximos 12 meses.

Y ahí no acaban los problemas. Además, habrá una discriminación entre unos y otros consumidores: puede suceder que unos clientes ya paguen al día siguiente de que la medida entre en vigor (el 15 de junio, en principio), si les tocaba renovar ese día, mientras que otros no tendrán que sufragar este coste hasta dentro de casi un año, si fueron de los últimos que se firmaron. Por tanto, los que no tengan que renovar seguirán con los mismos precios fijos, mientras que los que tengan la mala suerte de tener que renovar sufrirán el sobrecoste.

Una empresa tendrá que pagar el coste y su competidor no

Lo mismo ocurre con los clientes industriales, incluso entre competidores del mismo sector, que tendrán distintos precios en función de cuándo les toque renovar el contrato; aquí suelen tener una duración superior al año. Unos (en torno al 30% del total) tendrán precios fijos sin el incremento del coste de gas y otros sufrirán el recargo variable, que subirá los precios entre el doble o hasta el cuádruple si el gas se dispara, según estimaciones del sector.

El Gobierno ha metido en la compensación a las gasistas a los clientes del mercado libre -pese a que no se benefician de la rebaja del precio diario- porque sólo con los consumidores del mercado regulado no había suficientes para que el descuento se notara; incluso algunas fuentes sostienen que el efecto neto de la rebaja menos la compensación a las gasistas era «a pagar», es decir, el precio de la luz subía en vez de bajar.

De hecho, OKDIARIO adelantó el jueves que el Gobierno ha retrasado todo lo posible la aprobación del tope al gas por la Comisión Europea precisamente para dar tiempo a que entraran más clientes de precio fijo en la compensación al gas y que, al repartirse entre más, cada uno tocara a menos y el descuento en el precio regulado fuera mayor.

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