DESCRÉDITO DE CARMEN MÓNTON POR EL CAOS SANITARIO EN VALENCIA

Puig aparta a su consejera de Sanidad y recibe al accionista americano de las concesiones de salud

Ximo Puig
El secretario general del PSPV y president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig (Foto: Efe)

El presidente valenciano, Ximo Puig, no se fía de su consejera de Sanidad, Carmen Montón. Y es por eso que se ha visto obligado a asumir una parte de sus funciones, comenzando por recibir a los agraviados por la incompetencia de la responsable de este área en el Gobierno valenciano. La Sanidad valenciana es un caos, este verano se han multiplicado las quejas y al presidente se le abren demasiados frentes.

Esta es la razón por la que Puig ha recibido a Cynthia Brinkley, vicepresidenta de Centene, la multinacional americana accionista de las concesiones sanitarias en la Comunidad Valenciana, el conocido como “modelo Alzira” que está siendo perseguido y vilipendiado en la región a pesar de sus grandes resultados en atención a los pacientes y eficiencia en el coste. Y en esta reunión ni estaba ni se esperaba a Carmen Montón que, de hecho, no fue conocedora del encuentro hasta que lo leyó en la prensa.

Puig recibió a la vicepresidenta de Centene, socia de Ribera Salud, para hablar de modelo Alzira y de los hospitales públicos de gestión privada de los que se encargan, que atienden a más de un millón y medio de valencianos y cuyos resultados están avalados por los informes de gestión de la propia consejería de Sanidad, por el Síndico de Cuentas valenciano y por multitud de organismos y universidades de todo el mundo (Berkeley y Harvard entre otros).

Tras dos años de Gobierno, la consejera de Sanidad no sólo ha puesto en marcha la reversión del primer hospital del modelo, el Hospital de la Ribera, sino que se ha negado a visitar sus hospitales, centros de salud y de especialidades, ni siquiera en importantes eventos organizados por asociaciones de pacientes, inauguraciones o aniversarios. Además, deja fuera de reuniones, programas, subvenciones y proyectos europeos a estos hospitales, vulnerando el principio de igualdad y el derecho de todos los valencianos a optar estas mejoras como cualquier otro hospital público.

Esta obsesión de Montón por estrangular a las concesiones sanitarias, ante la mirada atónita de un socio americano que ve los resultados de salud, la satisfacción de los pacientes y el ahorro de la administración llevó a la vicepresidenta de Centene a reunirse con el presidente valenciano el lunes.

Pero no es el único caso, ni esta reunión se la última de este tipo. Ximo Puig tiene previsto ponerse la bata y recibir a otros colectivos agraviados por la consejera que, junto con el responsable de Educación, más quebraderos de cabeza le está dando. El Colegio de Farmacéuticos ha escrito al presidente pidiendo una reunión con él y sin Carmen Montón; los representantes del personal de Enfermería están en pie de guerra; los de las ambulancias amenazan con movilizaciones; el personal de Urgencias se teme lo peor con la llegada del otoño y la saturación de los centros; y los sindicatos han empezado a rebelarse contra la consejera, tras los conflictos laborales en cada vez más hospitales de la red pública valenciana.

El círculo más próximo a Puig se debate ahora entre quienes le anima a “asumir” las negociaciones que Montón es incapaz de sacar adelante pero mantener a la consejera para no crear conflictos internos y quienes apuestan por cortar la cabeza de la responsable de Sanidad y terminar, de raíz, con gran parte de los conflictos que perjudican electoralmente a los socialistas valencianos.

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