LA CONSEJERA DE SANIDAD ATACA EL MODELO DE GESTIÓN PÚBLICO-PRIVADA

Carmen Montón le hace el trabajo sucio a Sánchez al enfrentar a Ximo Puig con el sector privado

Carmen Montón y Pedro Sánchez
Carmen Montón junto a Pedro Sánchez.

La radicalidad ideológica y el populismo rigen las decisiones de la consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Carmen Montón, después de que se haya producido una tergiversación informativa sobre las facturaciones y buenos resultados en la gestión sanitaria de las empresas concesionarias y haya ignorado los informes técnicos de la Sindicatura de Cuentas que defienden el ahorro de costes y la calidad del servicio en los hospitales con gestión público–privada.

A todo ello se suman los casos de nepotismo y el enfrentamiento contra proveedores privados que están minando los esfuerzos de Ximo Puig por retornar al tradicional espacio de centro izquierda socialdemócrata que defiende Susana Díaz para la refundación del PSOE.

El último episodio orquestado por la amiga de Pedro Sánchez (ha defendido al ex secretario general del PSOE y le ha animado para que vuelva a optar a liderar el partido) se refiere a un supuesto informe de la Inspección de la Consejería de Sanidad sobre la facturación de las concesiones sanitarias en el que, aseguran –puesto que nadie ha visto ese informe- que existen “errores”. Según explican fuentes de las empresas concesionarias, los criterios para las liquidaciones 2008-2012 “son los mismos, así que sería la primera vez en la historia que la consejeria se autoinculpa a sí misma de cometer irregularidades”.

Montón ha destacado desde su llegada al Gobierno valenciano por protagonizar varios escándalos sobre enchufismo y contrataciones a dedo, por sus infundados ataques hacia las empresas concesionarias de servicios públicos y por despreciar, incluso, la auditoría de la Sindicatura de Cuentas sobre el ahorro del 21% que suponen las concesiones sanitarias y los excelentes datos en cuanto a listas de espera o calidad asistencial.

En apenas unos meses, un alto cargo de Sanidad ha llamado “tropa” a los profesionales de las concesiones, otro ha reconocido que están planeando enchufar a 300 familiares y amigos en Alzira tras la reversión, ella misma cerró la contratación a dedo de una ex senadora catalana como directora de La Fe, ascendió a la mujer de su número 3 en la consejería y algunos otros casos más, que han minado la imagen de Puig.

La gestión de Montón está poniendo en un verdadero aprieto al Gobierno valenciano, por sus argumentos contradictorios, sus acusaciones sin pruebas y su fobia hacia la prestación de un servicio de calidad, eficiente y eficaz por parte de diferentes empresas.

Autobús para Pedro Sánchez

Son muchos los que se preguntan dentro del propio PSPV si la actitud de la consejera Montón es parte de una estrategia para debilitar la figura de Ximo Puig, crispando la relación del líder socialista con las empresas y allanando el camino a la candidatura de Pedro Sánchez y sus acólitos, entre los que se encuentra la propia Montón. No en vano, ella organizó, junto con el diputado socialista, José Luis Ábalos, un viaje en autobús de militantes valencianos, a 28 euros por cabeza, para ayudar a llenar el acto de presentación de Pedro Sánchez.

Fuentes socialistas de Valencia destacan la “contradicción” entre la posición de Montón y la «actitud y predisposición del Gobierno valenciano, receptivo, colaborador y amable», de la mano de la vicepresidenta Mónica Oltra, con las empresas privadas concesionarias de las residencias de la tercera edad, la atención a las personas con minusvalías o los menores.

“Está claro que Montón quiere perjudicar a Puig y debilitarle ante el tejido empresarial valenciano, espantando posibles inversores y desprestigiando imagen de colaboración público-privada que se proyecta hacia el exterior. Y todo ello,  porque mientras debilita a Ximo Puig, engrandece a los partidarios de Pedro Sánchez”, apuntan estas fuentes.

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