Los primeros turistas llegan a Mallorca: con su bicicleta y criticando las medidas de confinamiento

Mallorca y el conjunto de las baleares es uno de los destinos preferidos por alemanes y británicos que, pese a estar prohibido, empiezan a viajar a la isla

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Joan Guirado

Con la bicicleta a cuestas llegaban, esta semana, algunos turistas procedentes de un vuelo de Düsseldorf (Alemania) al aeropuerto de Palma de Mallorca. Desde el pasado lunes el mayor grupo de transporte aéreo alemán, Lufthansa, opera de nuevo las distintas rutas que tenía establecidas antes del estallido de la pandemia entre el país germánico y las Islas Baleares.

Nuestro país, Mallorca principalmente, es uno de los destinos preferidos para los turistas de ese país. Debido a que en agosto empiezan las escuelas, en Alemania, las vacaciones suelen hacerse entre junio y agosto. Es por ese motivo que, pese a las restricciones impuestas por el coronavirus, entre las cuales la obligatoriedad de pasar una cuarentena de catorce días, son muchos los que han decidido volar a Mallorca.

OKDIARIO ha sido testigo de la llegada del vuelo procedente de Düsseldorf en el que viajaban desde turistas que avanzaban sus vacaciones en la isla, mallorquines a los que la pandemia les había pillado fuera y aún no habían podido volver o estudiantes británicos que han tenido que hacer escala en Alemania para volver a abrazar a su familia.

Todos los pasajeros del avión de la compañía Eurowings, propiedad de Lufthansa, coinciden en que no fueron sometidos a ningún control en el país de origen. Todos ellos pudieron embarcar bien en Londres o bien en Düsseldorf sin ningún control de temparatura ni ningún control policial para conocer el motivo de su desplazamiento.

Al aterrizar en Palma de Mallorca -durante estas semanas todos los vuelos se concentran en la terminal interislas-, personal médico si les miró el calor corporal mediante una cámara térmica y les obligó a rellenar una declaración responsable de salud -como deben hacer también los nacionales que llegan al archipiélago-.

Respecto los controles policiales, en Mallorca, las condiciones para superarlos ya no son tan exigentes como hace unas semanas. A los vuelos procedentes de España, como el que aterrizó el equipo de OKDIARIO desde Madrid, ya no se le hace ningún control a la llegada para saber el motivo del viaje. A los vuelos extranjeros sí les vigila la Guardia Civil, aunque no con mucho detalle.

Una de las pasajeras, al aterrizar, nos confirma que no le han ordenado hacer la cuarentena obligatoria de catorce días que se anunció para todos los viajeros. En principio esta cuarentena está vigente hasta el 1 de julio pero, tal como nos relata esta estudiante mallorquina residente en Reino Unido -uno de los países más afectados a día de hoy-, nadie le dijo que tenía que quedarse en su domicilio.

Otra mallorquina, que reside entre la isla y Londres, denunciaba a los micrófonos de este periódico que «todos los guiris llegan con un papelito que pasan el control sin ningún problema» mientras que a los nacionales que vienen del extranjero les tienen una hora haciendo preguntas sobre su desplazamiento.

Un alemán, que reconoce abiertamente que viene a pasar el verano en Mallorca «como he hecho casi toda la vida» critica abiertamente las medidas de confinamiento impuestas en nuestro país. Lamenta que «les han obligado a estar dos meses encerrados y no han dicho nada». Opina, además, que «tener que usar mascarilla ahora, cuando en los bares hay diez personas juntas, no tiene ningún sentido».

Pese a que algunos alemanes, como este testimonio, se han colado antes de tiempo en las Baleares no será hasta el 22 de junio cuando, mediante corredores seguros, empiecen a llegar turistas de forma regular. En total, el plan piloto con el que trabaja el Ejecutivo, prevé la llegada de 6.000 alemanes a lo largo de dos semanas a Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera. Serán distribuidos entre las cuatro islas baleares para evitar así aglomeraciones.

Con esta prueba piloto, que tendrá al archipiélago y a 6.000 alemanes como conejillos de indias, el ministerio de Turismo y el de Sanidad quiere avaluar las medidas sanitarias impuestas para la apertura de fronteras, el 1 de julio. Con estos quince días de ventaja que cogerán las Baleares el Gobierno podrá corregir los errores que se puedan detectar y endurecer o flexibilizar algunas de las restricciones que tendrán aún restaurantes, discotecas u hoteles.

Pese a todo esto, por culpa de la tardanza de España en permitir la llegada de turistas, convirtiéndose en el último país europeo en recibir a extranjeros, varias cancillerías han recomendado no viajar a nuestro país este verano. El sector turístico espera que ese boicot no se haga efectivo y, aunque dan por perdido medio verano, esperan poder recuperar como mínimo un parte de la campaña estival. Gran parte de nuestro territorio, sobretodo las islas, viven principalmente del turismo.

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