Orange, Movistar, Vodafone y MásMóvil tendrán más ‘banda’ para acelerar la implantación del 5G en España
La inversión para llevar la tecnología a todo el país se cifran en 6.000 millones. El plan rural tendrá ayudas de 680 millones
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Las grandes operadoras de 5G en España cuentan desde este viernes con nuevos espectros con los que acelerar la implantación de la tecnología de quinta generación en España. Orange, Telefónica, Vodafone y MásMóvil, los principales desplegadores de red del país, han obtenido nuevas frecuencias por parte del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Además, se ha modificado el límite que establecía anteriormente la normativa para que cada operadora pueda disponer de un mayor número de frecuencias y, con ello, ampliar su despliegue a más zonas. El nuevo marco beneficia especialmente al futuro líder español de telecomunicaciones, la compañía resultante de la fusión entre Orange y MásMóvil, que verá reducidos sus remedies el 30% sobre lo previsto inicialmente.
Las grandes operadoras obtienen un espectro radioeléctrico adicional para «fortalecer la sostenibilidad de un sector clave para el impulso de la digitalización inclusiva de la sociedad y las empresas», según el Ministerio. Aunque también, consiguen el margen que necesitaban para extender dicha tecnología por todo el territorio español.
La cuestión es que, ahora, aparte de ciertas (pocas) grandes capitales españolas, el resto del territorio sigue sin poder acceder a las ventajas del 5G y eso no encaja ni con los intereses comerciales de las compañías ni con el interés de la propia Unión Europea, que acaba de aprobar el plan de ayudas públicas en España para el despliegue del 5G en zonas rurales dotado con 680 millones de euros.
El despliegue de la nueva tecnología requiere un gran esfuerzo inversor por parte del sector. Las cifras de inversión para lograr la implantación total en España de esta tecnología incluyen los 14.300 millones de euros comprometidos por las grandes operadoras de telecomunicaciones. Eso sin contar las fuertes inversiones en investigación y desarrollo (I+D) que se cifran para el conjunto del sector en torno a los 10.000 millones de euros.
Por ejemplo, habrá que actualizar los cerca de 50.000 repetidores instalados, ya que los equipos de telecomunicaciones instalados no permiten el uso de las frecuencias que necesita el 5G. Sólo esa partida concentrará más de mil millones de euros de inversión.
El despliegue de la quinta generación de tecnología móvil incluye otros 5.000 millones de euros que conllevará la actualización de las redes existentes al nuevo estándar.
Porque, en la actualidad, no se trata sólo de que el número de clientes de las operadoras aumenta sino, sobre todo, de que el uso de los móviles crece de forma disparada.
Las previsiones del consumo medio de datos a través de smartphones indican que se superarán los 19 gigabytes mensuales por usuario este mismo año. El cambio en el consumo de información por parte de los usuarios hace prever que el vídeo supondrá el 80% del tráfico mundial de las redes móviles en apenas cinco años.
Eso, a su vez, exige a las propias operadoras aumentar su capacidad de gestión interna. Por ello, los responsables de Transformación Digital han reservado 450 megahercios (MHz) para «redes de ámbito local en régimen de autoprestación»; es decir cubrir las necesidades de las telecos.
Mayor cobertura
Al mismo tiempo, esta frecuencia permitirá ofrecer a los operadores una mejor cobertura geográfica en toda la población, ya que la propia tecnología 5G soluciona dos de los mayores problemas actuales: facilita la conexión en áreas rurales y ofrece mayor cobertura en el interior de los edificios.
La cartera dirigida por Nadia Calviño ha realizado cambios en la reserva del espectro de la banda de 26 gigahercios (GHz). Se trata de la banda del espectro radioeléctrico sobre la que el Gobierno lanzó una subasta el año pasado entre las operadoras y que le permitió ingresar 1.500 millones de euros, diez veces más del precio de salida.
Con el nuevo reparto de frecuencias, las operadoras cuentan con 380 Megahercios (Mhz) adicionales de capacidad para este nuevo servicio que se distribuyen entre Orange (110 MHz), Telefónica (100 Mhz), que lo comercializa bajo la marca Movistar, Vodafone (90 MHz), y MásMóvil (80 MHz).
Es decir, la nueva líder del mercado español, Orange-MásMóvil, contará con 190 Mhz. Aunque, en el caso de que Bruselas apruebe su fusión, será una de las beneficiadas del nuevo marco regulatorio, ya que sus remedies serán el 30% inferiores a las previstas. En lugar de desprenderse del 70 Mhz como habían planteado en su proyecto de fusión, el nuevo reparto rebajará esa cifra hasta 50 Mhz.
Cobertura rural
El despliegue comercial de la nueva (y cara) tecnología de telecomunicaciones tiene en las zonas rurales su mayor punto negro dado que se trata de grandes superficies no suficientemente pobladas que dificultan la amortización de las inversiones que requiere su cobertura.
Para paliar ese efecto, Bruselas aprobó la semana pasada el plan de ayudas públicas español dotado con 680 millones de euros. Se trata de un plan que costeará la instalación de equipos e infraestructuras para el despliegue de redes autónomas 5G y la prestación de servicios autónomos de banda ancha móvil.
Las nuevas redes apoyarán servicios innovadores en zonas rurales, en actividades como la salud digital, la agricultura inteligente, la industria digitalizada, la conducción autónoma o los servicios basados en la nube, según los servicios comunitarios.
La inversión se centrará en localidades de menos de 10.000 habitantes y en aquellas donde no hay inversiones actuales o previstas en redes 4G. Las ayudas se podrán conceder hasta el 31 de diciembre de 2025 y las redes móviles de quinta generación deberán entrar en funcionamiento como máximo en febrero de 2026.