Microsoft supera las expectativas y gana 52.280 millones impulsada por el auge de ChatGPT
La tecnológica estadounidense Microsoft anunció este martes un beneficio neto de 47.635 millones de euros en los primeros nueve meses de su año fiscal, un 6,6% menos que en el mismo periodo del año anterior, pero superó las expectativas de los mercados gracias sobre todo a su negocio en la nube. En esos nueve meses, hasta el 31 de marzo, el gigante que dirige Satya Nadella facturó 155.726 millones de dólares, frente a los 146.405 millones de dólares del año anterior, según explicó en un comunicado.
En los tres meses más recientes, datos a los que más atención prestaban los mercados, Microsoft tuvo una facturación de 52.857 millones de dólares, un 7% más en la comparación interanual, y un beneficio neto de 18.299 millones, un 9% más. La unidad de Nube Inteligente de Microsoft, que incluye la plataforma Azure y otros productos, tiró de los resultados, con un crecimiento del 16% en su facturación, hasta más de 22.000 millones de dólares.
También fueron positivas las cuentas de la unidad de Productividad y Procesos, que facturó un 11% más hasta 17.500 millones, mientras que otras divisiones vieron retrocesos. En su presentación, Microsoft destacó una vez más la revolución que se está produciendo en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), por el que está apostando fuerte, incluida una inversión de miles de millones de dólares que anunció este año en la empresa OpenAi, creadora del chat predictivo ChatGPT.
«Los modelos de IA más avanzados se están combinando con el interfaz de usuario más universal, el lenguaje natural, para crear una nueva era en la informática», señaló Nadella en un comunicado. El presidente y consejero delegado de Microsoft destacó que la plataforma en la nube de la empresa es actualmente la favorita para «ayudar a clientes a obtener el mayor valor de su gasto digital e innovar de cara a esta nueva generación de IA». Las cuentas de Microsoft superaron las expectativas del mercado y las acciones de la compañía subían más de un 4,5% en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de Wall Street, donde habían terminado la sesión en rojo antes de conocerse los resultados.