Inversión

La insoportable levedad del crudo

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Pozo petrolífero.

El petróleo tiene una gran duda existencial. No sabe lo que quiere ni a dónde ir después de poner freno al rally de este comienzo de año en el que ha conseguido recuperar más o menos un 70% de lo perdido en el tramo final de 2018. En aquél momento, los precios se desplomaron más de un 30% por diferentes factores, principalmente por la guerra comercial, las exenciones de EEUU a algunos países a seguir comprando petróleo iraní tras las sanciones, y las críticas de Donald Trump a la OPEP por querer recortar la producción. Un pacto que finalmente aprobó en diciembre y que está implementando este año poco a poco siendo el principal motor de impulso de recuperación de los precios.

Pero ese impulso va perdiendo fuelle a pesar de que los recortes cada vez son mayores por diferentes motivos. Rusia va más lento en su bajada de producción, algo que se esperaba, pero va mes a mes cortando más el suministro. Irán ha bajado la suya ya en unos 800.000 barriles por día este año, según cifras de la industria, como consecuencia de las nuevas sanciones de la administración Trump y el fin de las exenciones. Y sin olvidarnos de las tensiones en Libia o en Venezuela, donde el bombeo de crudo también se ha visto presionado de forma intensa en los últimos meses.

Pero el giro abrupto en la guerra comercial producido la semana pasada lo ha cambiado todo en un mercado en el que la oferta empezaba a restringirse paulatinamente a pesar del soberano esfuerzo desde EEUU por aumentar su producción para contrarrestarlo, incluso pulverizando su récord hace apenas dos semanas a pesar de que el invierno, los meses con los picos de demanda más elevados, empezaban a estar ya bastante distantes. Donald Trump cumplía sus amenazas el pasado viernes adoptando una subida de tarifas sobre la importación de bienes chinos que pone contra las cuerdas el crecimiento económico mundial y que arroja fuertes dudas sobre el mantenimiento de la demanda de crudo a nivel global.

Más aún en el caso de que China se desacelere de forma más intensa de lo anticipado, al ser el mayor consumidor de commodities a nivel global. Importante vigilar esta semana si la OPEP y la AIE vuelven a recortar su estimación de crecimiento de la demanda global para este año, porque de ser así, el organismo de países productores sentirá una fuerte presión para seguir recortando aún más la producción en la reunión clave que va a mantener la próxima semana en la ciudad de Yeda en Arabia Saudí.

Sea cual sea la decisión el petróleo recuperará el peso que tiene como catalizador de las bolsas, al ser mercados correlativos, cuando uno sube lo hace el otro y viceversa. Aunque aún queda por ver si Trump redobla sus esfuerzos por sacar el dinero de los bolsillos de los jeques árabes y meterlo en el de los ciudadanos estadounidenses, algo que nunca ha sido un secreto, aunque ahora la batalla es más abierta y dura que nunca.

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