Crisis del coronavirus

Los impagos de los alquileres se triplican y los caseros se lanzan a contratar seguros

¿Por qué no se ha decretado una moratoria de alquileres?

La crisis económica derivada del coronavirus está teniendo un impacto directo el mercado de alquiler y, por extensión, en el negocio de las compañías de seguros inmobiliarios. El número de inquilinos que ha tenido problemas para hacer frente a las rentas se ha multiplicado por tres después de decretarse el estado de alarma. Esta situación se ha traducido en un aumento de la contratación de seguros por parte de los caseros de hasta el 12%, según los datos de la Mutua de Propietarios. En España, el 95% de las viviendas en alquiler está en manos de propietarios particulares, el resto pertenecen a grandes empresas y fondos.

Los arrendadores son conscientes de que el riesgo que afrontan alquilando sus inmuebles ha crecido por la pandemia, y previsiblemente, seguirá haciéndolo conforme se desarrolle la crisis económica y aumente el paro, lo que podría desembocar en un aumento de la morosidad. Hay que matizar que no todas las incidencias derivan en impagos reales, ya que, por lo general, muchas de las reclamaciones se reconducen tras una negociación entre los arrendadores y los arrendatarios.

Ante esta situación, los propietarios buscan protegerse. «Cuando se ha empezado a normalizar la actividad inmobiliaria, el interés por los seguros de alquiler ha ganado peso. De hecho, hemos emitido un 12% más de pólizas en junio de 2020 que en el mismo mes de 2019, y eso que aún no ha sido un mes pleno de recuperación. Sin embargo, en el periodo de confinamiento las contrataciones bajaron un 70%”, explica César Crespo, subdirector general de negocio de Mutua de Propietarios a OKDIARIO, quien suma otra preocupación para los propietarios: la inseguridad jurídica. Las sanciones por tener pisos vacíos o conocer los procedimientos para desalojar okupas son las nuevas inquietudes de los arrendadores.

La Asociación de Propietario de Viviendas (Asval), también ha confirmado recientemente un aumento de la morosidad desde que se decretó el estado de alarma. Ha pasado del 5%, hasta el 15%.

Otras de las consecuencias de la pandemia es que los plazos para desahuciar a los inquilinos morosos han aumentado debido a la paralización de los juzgados y a la acumulación de casos.

Herramientas para proteger a los inquilinos de los impagos

Además de las pólizas de seguros de alquiler existen otras herramientas para que los arrendadores se protejan de los impagos, aunque su efectividad es menor debido a las condicionantes normativas.

Desde Mutua de Propietarios destacan el seguro de caución. Debe contratarlo el inquilino, y garantiza que va a cumplir sus obligaciones de pago, pero uno de sus desventajas es que tiene un límite de reclamación de pagos. «El Real decreto de medidas urgentes de marzo de 2019 prohíbe exigirle al inquilino garantías de pago superiores a dos meses de renta. Así, el seguro sólo podría cubrir esas dos mensualidades, muy lejos de los doce meses de tiempo medio que calculamos que se tardará en desahuciar a un inquilino moroso», explican desde la compañía de seguros.

Otra herramienta son los avales bancarios, pero también tienen un límite de reclamación. No se puede exigir al inquilino que aporte un aval por más de dos meses de renta, con lo que la protección de pago vuelve a ser muy insuficiente para el arrendador. A ello, hay que sumarle, según advierten la aseguradora, el problema de la concesión de los avales por parte de las entidades financieras en estos «tiempos revueltos».

El decálogo

El Observatorio Español del Seguro del Alquiler (OESA) ha lanzado un decálogo para detectar los falsos seguros de alquiler e insiste en que los estos productos sólo se comercializan por las propias aseguradoras o mediadores autorizado.

El observatorio recomienda analizar bien las campañas de publicidad y sospechar de los productos que se hacen cargo al 100% del alquiler o los que pagan siempre un determinado día del mes.

Algunos casos, explica, son de venta piramidal en los que las incidencias se pagan con las nuevas ventas, si bien recuerda que no son empresas con solvencia comprobada a través de la Dirección General de Seguros (DGS).

El Observatorio también recomienda sospechar de los precios agresivos y de los productos que solicitan pocas exigencias para los inquilinos o, incluso, de aquellos que afirman que no tienen morosidad, así como revisar detenidamente la web de presentación y venta del producto y comprobar que trabaja con compañías aseguradores.

También aconseja comprobar que el vendedor es la propia aseguradora, un mediador de seguros -corredor y agente de seguros- o colaborador externo con formación homologada, y valorar que la página disponga de un simulador o comparador que facilite el precio del seguro con las diferentes aseguradoras del mercado.

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