La gran banca resiste el frenazo económico con el 8% más de eficiencia y el 13% menos de morosidad
La rentabilidad sobre patrimonio neto (ROE) ha bajado 52 puntos básicos para situarse en el 10,35%
El Banco de España no exige más capital al sector para evitar alarmas, pero le pide reforzar su solvencia
Los grandes bancos españoles mostraron su fortaleza en el último trimestre del año pasado, en el que, pese a la evidencia del parón económico, mantuvieron una estrategia de saneamiento de balances y refuerzo de sus estructuras financieras que le llevaron a aumentar el 12,5% su resultado de explotación que, para el conjunto de las llamadas «entidades significativas» alcanzó los 101.319 millones de euros, según las estadísticas supervisoras del Banco de España correspondientes al último cuarto de 2022.
Para lograr este aumento de la rentabilidad, los mayores bancos mantuvieron una estrategia de mejora de su gestión interna y de su cartera crediticia. De forma que los grandes bancos que operan en España han afinado procesos y rentabilizado los ajustes de años anteriores hasta mejorar el 8% su ratio de eficiencia en términos interanuales hasta situar dicha tasa en el 50,33% después de recortarlo en 431 puntos básicos. Al mismo tiempo, mientras el impuesto especial a la banca centraba las críticas a la política gubernamental, las entidades significativas reforzaban la vigilancia de sus carteras de crédito para evitar fallidos. Tanto es así, que la ratio de dudosos cae el 13,2% (0,49 puntos porcentuales menos) para situarse en el 3,22% pese a un aumento de la actividad crediticia en ese periodo.
Al cierre del ejercicio pasado, la totalidad de bancos españoles sumaban más de 4,5 billones de euros en créditos. De ellos, la inversión crediticia de las entidades significativas superaba los 3,99 billones. Y de esa cantidad, los considerados dudosos se situaban en el 2,05% del total; lo que, en términos absolutos, representa un volumen de créditos superior a los 81.793 millones y refleja una elevada calidad de los activos.
No obstante, la rentabilidad financiera de la gran banca se ha resentido ligeramente en el último trimestre de 2022. En ese periodo, su rentabilidad sobre patrimonio neto, conocida también como ROE (Return on Equity) ha bajado en 52 puntos básicos sobre el mismo periodo del ejercicio anterior, para situarse en el 10,35%.
De hecho, la paulatina ralentización de la actividad económica se refleja en la actividad bancaria en varios de sus indicadores. Es el caso de la ratio crédito-depósitos, que mide la liquidez de un banco a través de la relación entre el total de préstamos concedidos por una entidad y el total de depósitos. Aunque sin ser preocupante, la ratio refleja hacia dónde parece moverse el negocio bancario. Después de muchos años por encima, el indicador de las entidades de mayor tamaño españolas ha perdido la cota del 100% en el último cuarto del pasado ejercicio, para situarse en el 99,76%; lo que supone un punto porcentual por debajo respecto al ejercicio precedente.
Otro tanto sucede con los indicadores de liquidez de las entidades que muestran importantes reducciones durante el último trimestre de 2022. De hecho, el colchón de liquidez, pensado para que los bancos puedan responder rápidamente a una crisis de liquidez, ha bajado en 69.883 millones de euros (al cierre del año pasado la gran banca acumulaba 658.927 millones) o, lo que es lo mismo, el 9,6%.
Según la normativa conocida como Comité de Basilea, el colchón de liquidez debe estar formado por activos que, en caso de tensiones de liquidez, la entidad pueda hacer efectivos de manera rápida e inmediata con poca o nula pérdida de valor: dinero en efectivo, reservas en bancos centrales, pagarés de empresas o bonos garantizados, por ejemplo. Este fondo se utiliza para calcular el coeficiente de cobertura de liquidez (LCR, por sus siglas en inglés) que mide la relación entre el colchón de liquidez y las salidas de efectivo que puede tener que afrontar durante un período de 30 días de tensiones de liquidez.
Según la norma, cuando no se produzcan tensiones de caja, la ratio ha de ser, al menos, del 100% para las entidades con negocio internacional. Aunque el Comité de Basilea indica también que, en caso de darse esas tensiones, los bancos puedan utilizar estos fondos y bajar su cobertura de liquidez por debajo del 100%, como ocurrió durante la pandemia de covid-19. Sin embargo, desde diciembre de 2021, el Banco Central Europeo (BCE) exige que los bancos mantengan una ratio de cobertura de liquidez (LCR) superior al 100%. Con este umbral, la gran banca española se encuentra en una cómoda posición del 171,06% de LCR, aunque la cifra se sitúa el 9,6% por debajo del año anterior y su montante global, 658.927 millones de euros, es casi 70.000 millones inferior.
Diez españoles en el top
Por otra parte, las entidades significativas muestran una ratio de apalancamiento que baja 41 puntos básicos en términos interanuales y se coloca en el 7,15%. Este indicador permite al supervisor limitar el exceso de deuda que una entidad pueda asumir, ya que indica la relación entre el capital de Nivel 1 regulatorio requerido (conocido como CET1) sobre los activos totales. Además, permite indicar la necesidad de reforzar las exigencias de capital que el BCE fija para estas entidades, independientemente del riesgo.
Según los criterios del Banco Central Europeo, en España operan diez bancos con la calificación de ‘entidades significativas’. Una entidad entra en esta clasificación si el valor total de sus activos supera los 30.000 millones de euros; según la importancia económica de ese banco para un país concreto o para la economía de la Unión Europea (UE) en su conjunto; si sus actividades transfronterizas superan los 5.000 millones en valor de activos; si la relación entre sus activos o pasivos transfronterizos y sus activos totales en más de un Estado miembro de la Eurozona supera el 20% o si, finalmente, el banco ha pedido o recibido asistencia financiera pública directa o financiación del Mecanismo Europeo de Estabilidad o de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera. Una entidad supervisada puede también considerarse significativa si es una de las tres entidades de crédito más significativas establecidas en un país.
Según esos condicionantes, el supervisor europeo incluye a diez bancos españoles bajo la clasificación de entidades significativas por el organismo: Abanca, BBVA, Banco Cooperativo, Banco Sabadell, Banco Santander, Bankinter, CaixaBank, Ibercaja, Kutxabank y Unicaja. Al tener esa importancia para el conjunto de la Eurozona, las entidades son supervisadas directamente por el organismo que preside Christine Lagarde.