Banco de España: la pérdida de poder adquisitivo de las familias frenó el crecimiento casi el 1% en 2022
Fondos europeos, rebaja de precios y mercado de trabajo serán las claves de la recuperación económica de este año
El crédito a familias y empresas da los primeros signos de enfriamiento: cae un 0,8% en febrero
El Banco de España ha cifrado en casi un punto porcentual (0,9 puntos) el efecto que la pérdida de poder adquisitivo de las familias tuvo en el crecimiento económico de 2022 del 5,5%, la desaceleración del segundo semestre la deja todavía a 0,9 puntos del índice de desarrollo del PIB previo a la pandemia. Según el Informe de Estabilidad Financiera de 2022, la buena evolución de la primera mitad del ejercicio pasado se debió al impacto positivo del fin de las restricciones por el Covid; aunque este crecimiento se «ralentizó sensiblemente en los dos últimos trimestres». Pese a todo, señala el banco central español, tanto la actividad como el empleo mantuvieron «una resistencia mayor que la prevista, gracias a la relajación de las tensiones en los mercados de la energía a partir del verano de 2022 (…) y al impulso fiscal desplegado en respuesta a la guerra en Ucrania y a la crisis energética».
Para 2023, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos espera que se mantenga la «tónica de crecimiento muy moderado” al menos en el primer tramo del año marcado por la “debilidad del consumo privado». No en vano, según los analistas del supervisor bancario español, la economía de las familias se ha visto particularmente afectada por la pérdida acumulada de poder adquisitivo de los hogares, provocada por el incremento de los precios y de los tipos.
A pesar de que los precios de la energía registraron un freno mayor del previsto a partir del verano pasado, los analistas del Banco de España señalan cómo las presiones inflacionistas han llegado a «los alimentos y resto de componentes de la cesta de consumo, que mantienen tasas de crecimiento elevadas». Eso, añaden, «repercute especialmente sobre los hogares de menor renta, donde el peso del consumo de los bienes de primera necesidad es mayor», con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo.
Menos dinero prestado
Hasta ahora, señala el Informe de Estabilidad Financiera, la «bolsa de ahorro acumulada desde el inicio de la pandemia ha amortiguado parte del impacto de la inflación en el consumo, pero este factor de impulso podría debilitarse por la reducción del ahorro, por su uso alternativo para amortizar préstamos ante el alza de tipos y por la elevada incertidumbre».
Pero si la capacidad de consumo de las familias es esencial para asegurar un crecimiento económico sostenible, la ‘reorientación’ que los hogares españoles han empezado a aplicar en el destino de sus ahorros, no lo es menos. La entidad de la madrileña Plaza de Cibeles es consciente de que las familias, ante la subida de tipos, redirigen sus ahorros a la amortización de deuda, especialmente hipotecaria, lo que conlleva una reducción efectiva del volumen de dinero prestado por las entidades que no se ve compensada con el mayor volumen de las operaciones hipotecarias de nueva contratación.
Frente a la alegría de los dos años anteriores, el dinero prestado por los bancos a las familias y empresas españolas se redujo el 0,7% en el último año. El Banco de España explica este fenómeno como consecuencia de las acciones implementadas para mitigar las consecuencias del COVID-19 y la política de estabilidad en 2021.
En términos reales, la reducción del crédito a este segmento de clientes es similar a la de los años previos a la pandemia. De hecho, en 2022 bajó el 5,8%, frente al 4,7% que lo hizo durante el ejercicio precedente.
Ello es debido al repunte de la inflación que, según los analistas del banco central español, «no ha sido compensado por un mayor crecimiento del crédito nominal». De hecho, el aumento del crédito nuevo al sector privado durante 2022 no sirvió para compensar el crecimiento de las bajas de balance.
La reducción del stock de crédito se produjo a pesar del mayor volumen de nuevas operaciones concedidas, que fueron un 8,9% superiores a las del año anterior, y del aumento del uso de disponible en operaciones ya existentes (12,9% interanual, superior al de 2021).
Crédito más caro en 2023
Aunque el Banco de España ha revisado al alza las previsiones de crecimiento económico para este año, su análisis indica que la actividad recobrará un tono más dinámico a partir de la primavera, debido fundamentalmente a «la reducción de las tensiones en los mercados energéticos y la paulatina reducción de las presiones inflacionistas, el despliegue de los fondos Next GenerationUE y el buen comportamiento del mercado de trabajo».
La desaparición de los problemas de suministro globales será otro apoyo al crecimiento de la actividad en España que debe compensar las consecuencias del aumento en las dificultades de financiación de empresas y familias tanto por precio como por acceso al crédito. El banco central español asegura que las subidas de tipos solo se han trasladado «parcialmente» al coste de la financiación de las empresas y anticipa que «este proceso continuará a lo largo de 2023».
Pese a todas las buenas previsiones, los autores del Informe de Estabilidad Financiera subrayan que «las perspectivas de la economía española en el escenario central están sujetas a una incertidumbre extraordinaria, y los riesgos se orientan a la baja para la actividad y están equilibrados para la inflación».
Por lo que se refiere a los precios, el escenario central para España contempla una moderación de los previos que, de no producirse, «tendría efectos más negativos que los incorporados en el escenario central sobre la capacidad adquisitiva y la confianza de los agentes, y, por tanto, sobre sus decisiones de gasto, el empleo y la actividad».
Eso, además, supondría que «también sería más probable un endurecimiento más intenso de lo previsto de las políticas monetarias a escala global».