Feijóo o Sánchez tendrán que prorrogar los Presupuestos del despilfarro: 5.000 millones más en intereses
Tanto si Alberto Núñez Feijóo logra el apoyo del PNV y es investido el 27 de septiembre, como si es Pedro Sánchez quien se hace con la Presidencia posteriormente, el nuevo Gobierno no tendrá tiempo de aprobar los Presupuestos Generales del Estado en plazo, lo cual le obligará a prorrogar los actuales. Sin recortes del desmadrado gasto público y con los tipos de la deuda pública al alza, tendrá que asumir unos 5.000 millones más en intereses.
La Constitución establece que el proyecto de Presupuestos debe presentarse antes del 30 de septiembre para que puedan aprobarse por las Cortes antes de fin de año. Y, aunque Feijóo fuera investido el día 27, no tendría tiempo material para elaborarlo y presentarlo en tres días. En el caso de que finalmente fuera Sánchez el presidente, obviamente sería investido fuera del plazo de presentación de las cuentas. Además, María Jesús Montero ya ha renunciado a aprobar el techo de gasto (paso previo a los Presupuestos) hasta que haya Gobierno.
Una prórroga de los Presupuestos no es nada extraño en España: ha ocurrido ya ocho veces. La última afectó a las cuentas de Cristóbal Montoro de 2018, que estuvieron vigentes hasta 2021, los Presupuestos más longevos de la democracia. El problema es que ahora hay que prorrogar unas cuentas que contienen un enorme gasto público que Bruselas presiona para que se reduzca.
Como ha venido informando OKDIARIO, Sánchez bate todos los meses el récord histórico de deuda pública debido a ese descontrol del gasto. Y, con el fin de las compras de bonos por parte del BCE, el mercado está empezando a exigir intereses mucho más altos al Tesoro para prestarle dinero; de hecho, el tipo del bono a 10 años ha alcanzado niveles que no se veían desde 2014.
Según cálculos de expertos en cuentas públicas, asumiendo renovación de la deuda que vence de 200.000 millones el próximo año (que en realidad será más) y un incremento de 200 puntos básicos (dos puntos porcentuales) de los tipos como media, el déficit crecería en más de 4.000 millones sólo por el pago de intereses. Si se toman proyecciones más realistas y menos conservadoras tanto del volumen que tiene que emitir el Tesoro como de los tipos que exigirá el mercado, la cifra llegará fácilmente a 5.000 millones, un 0,5% del PIB aproximadamente.
Hasta ahora, tanto el déficit como la deuda públicos no se han disparado como porcentaje del PIB (sí lo han hecho en euros) gracias al crecimiento económico post pandemia. Pero ese crecimiento está seriamente amenazado por el estancamiento o recesión de los principales países de la UE, nuestros mayores socios comerciales. Esto, además de elevar el déficit y la deuda provocará una caída de la recaudación de impuestos desde los niveles máximos históricos actuales (por la marcha de la economía y la negativa del Gobierno a deflactar el IRPF), lo que a su vez incrementará más el déficit.
La única salida de este círculo vicioso es un recorte drástico del gasto que, además, quieren imponer los países centrales de la UE liderados por Alemania. Pero sin Presupuestos será imposible aplicarlo. Y si sale victorioso Sánchez, lo hará a base de promesas de un mayor gasto todavía para contentar a sus socios.
Pensiones y funcionarios
Con la prórroga, volverán a subirse las pensiones con el IPC, ya que eso se incluye en la reforma de José Luis Escrivá. No obstante, aunque las previsiones indican que el IPC volverá a repuntar a fin de año, nadie espera que alcance el 8,5% en que se revalorizaron estas prestaciones en 2023. También está comprometida la subida salarial de los funcionarios.
Menos claro está qué va a pasar con las medidas excepcionales para combatir el impacto de la inflación, como la rebaja del IVA de los alimentos y de los impuestos que gravan la electricidad, ya que caducan el 1 de enero.
En todo caso, el nuevo Gobierno puede presentar unos nuevos Presupuestos con el año ya empezado para el resto del ejercicio. La prórroga de los actuales, por tanto, puede durar sólo unos meses.