Así se financiaba la Convèrgencia de Pujol con los sobornos de Casinos de Cataluña
La aprobación de la construcción de un macrocomplejo con hoteles y casinos al lado de Port Aventura, de la que da cuenta hoy OKDIARIO, retrotrae a la época de Jordi Pujol, cuando precisamente los casionos fueron unos de los grandes financiadores de la corrupción en Cataluña mediante la financiación ilegal de la entonces CiU (hoy JxCAT).
Se trata del llamado ‘caso Casinos’, que estalló en 1989 cuando el ex director financiero de la empresa Casinos de Cataluña, Jaume Sentís, denunció a esta empresa por pagar sobornos de 3.000 millones de pesetas a Convergència y a varios medios de comunicación afines al régimen de Pujol. Estas comisiones fueron la contraprestación por tener durante años las únicas tres licencias de casinos en Cataluña -Peralada, Barcelona y Lloret de Mar- y adjudicarse la gestión de la lotería de la Generalitat en 1986.
Detrás de esta empresa estaba Artur Suqué, compañero de clase de Pujol durante su infancia en el Colegio Alemán. Estos pagos se hacían a cambio de servicios ficticios no prestados en la realidad o de inserciones publicitarias en medios como La Vanguardia o Avui, en una época anterior a la generalización de tres por ciento como forma de financiación de CiU.
Ahora, de nuevo, nos encontramos ante la adjudicación de una licencia para desarrollar un complejo de ocio con casinos, en este caso a la empresa norteamericana Hard Rock, propiedad de la tribu de los indios semínolas de Florida (EEUU). Su construcción ha sido exigida por el PSOE de Salvador Illa y por JxCAT, los herederos de CiU, a Pere Aragonés a cambio de apoyar los Presupuestos de la Generalitat para 2023.
Esta adjudicación completa el proyecto inicial del propio Pujol en 1986, que no sólo comprendía un parque de atracciones -entonces se pensaba en Eurodisney, que finalmente se fue a París- sino también casinos, hoteles, centros comerciales y otros servicios de entretenimiento.
En los posteriores intentos de desarrollo de este proyecto participó activamente Javier de la Rosa, el empresario de cabecera de Pujol que inauguró junto al President Port Aventura en 1995. Precisamente, la quiebra de las empresas de De la Rosa, que ha ido a la cárcel por varios casos y en varias ocasiones distintas, provocó que La Caixa se quedara con los terrenos que ahora va a vender (a través de Criteria) a Hard Rock para la construcción del nuevo complejo
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