POLÍTICAS ECONÓMICAS

Cara y cruz de los programas económicos de derechas: PP y VOX compiten por liberalizar el mercado español

¿Economía abierta o nacional? Pese a la diferencia, ambos reformarán Administración, autónomos, industria, energía, agua...

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PP VOX 23J

Los candidatos de la derecha española, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, se presentan ante los ciudadanos para pedir su voto con dos planteamientos similares aunque bien diferenciados. Mientras el PP aboga por una economía internacionalizada, integrada en la Unión Europea y abierta; VOX propone medidas que refuercen la autosuficiencia española en cuestiones como la energía o la defensa de lo que su programa denomina «Producido en España».

Las urnas se abrirán el próximo 23J y de ellas saldrá también el modelo económico de España para los próximos cuatro años. Las encuestas varían día a día y el voto conservador ya ha mostrado -en las pasadas elecciones autonómicas y municipales- que el bolsillo, cuenta. PP y VOX ofrecen un programa en el que, pese a esa diferencia de partida, coinciden en los grandes problemas a resolver: eliminar trabas administrativas para facilitar la actividad empresarial, rebajas fiscales, apoyo a los trabajadores autónomos, energía, agua, sostenibilidad

La comparación de los programas económicos de la derecha española deja claro que el modelo de Estado determina la política económica a desarrollar. Mientras el Partido Popular aboga por ganar peso político y reforzar los lazos con la Unión Europea, VOX propone una mayor dureza en las relaciones con Bruselas y el establecimiento de medidas dirigidas a conseguir una mayor autosuficiencia española en materia de energía, por ejemplo, o la re-centralización de actividades y servicios que afectan directamente al ciudadano como la Salud. Estas son algunas de su coincidencias y disensiones.

La política económica anunciada por Alberto Núñez Feijóo parte del «compromiso, para la próxima legislatura» de «que España sea una de las grandes economías europeas que más crezca de la zona euro».

El PP estructura su programa en cinco ejes cada uno con objetivos y propuestas (365 en total): Crecer de forma sostenible (sostenibilidad, digitalización, lucha contra la despoblación, infraestructuras y vivienda, etc.), Cuidar y prosperar (sanidad, educación, infancia y adolescencia, discapacidad, cuidado de mayores, etc.), Regenerar y respetar (independencia de instituciones, fortalecimiento del parlamento, defensa de la propiedad privada, etc.); un cuarto apartado denominado Servir (mejoras en la administración pública) y un quinto: Liderar e influir, en el que plantea su visión sobre el papel de España en la UE, Iberoamérica, seguridad y defensa, etc.

VOX es contundente respecto a la UE: «Vigilaremos, como no se ha hecho jamás, el impacto económico y social para la economía española y para las familias, de cualquier Reglamento, Directiva o Decisión comunitaria».

El programa de la formación de Santiago Abascal, organizado en 20 capítulos, abarca cuestiones como la Igualdad entre españoles («estado unitario administrativamente descentralizado», supresión del Ministerio de Igualdad…) a Iberosfera (relación y papel de España con América Latina). Entre ellos, Empleo y salarios dignos, Producido en España, Reindustrialización y soberanía energética, Unión Europea o uno dedicado a la España rural.

Nucleares, sí

Una de las coincidencias de principio es, a la vista de la crisis energética, asegurar el suministro a hogares, empresas e industrias. Mientras el PP aboga por extender la vida de las centrales nucleares existentes (medida 114), VOX coincide en la iniciativa (medida 246) y la amplía con otra en la que propone utilizar los emplazamientos de las centrales nucleares cerradas y los nodos de vertido de las centrales térmicas clausuradas (medida 245) para implantar en ellas mini reactores nucleares (SMR).

Para los populares, que acaban de recibir un auténtico espaldarazo a sus propuestas energéticas por parte del Parlamento Europeo, las llamadas medidas excepcionales, como el ‘tope al gas’ tienen los días contados, ya que anticipan que eliminaran todas aquellas que «intervengan el mercado mayorista eléctrico».

El partido de Alberto Núñez Feijóo quiere acabar con los atascos en la concesión de los permisos para la construcción y autorización de nuevas plantas de renovables y fomentar el almacenamiento de energía renovable «mediante un mecanismo de capacidad y condiciones flexibles de acceso y conexión». Y propone mejorar «la protección de los consumidores vulnerables creando un Bono Social Único» mediante el pago directo al consumidor y «compatible con cualquier contrato de electricidad y gas».

A caballo entre la política energética y la política industrial, el programa ‘azul’ plantea el impulso a la descarbonización de «sectores difícilmente electrificables» mediante el uso de biogás, biometano, ecocombustibles y biomasa. Y plantea el desarrollo del hidrógeno verde como «vector energético y de almacenamiento».

Su oferta a los votantes incluye mejorar la «compensación de gastos de CO₂ de la industria electrointensiva, con los ingresos procedentes de las subastas de derechos de emisión». Como colofón, un gobierno Feijóo impulsará el «desarrollo de las interconexiones energéticas».

Para VOX, hay que gestionar en la Unión Europea «la supresión del mercado de emisiones de CO₂ y del mecanismo de asignación de los derechos a través de subasta por su carácter especulativo»,

El partido ‘verde’ avisa que protegerá «el suelo, en especial el agrario, para evitar que se especule con él en la implantación de infraestructuras de energías renovables».

Ante los consumidores, VOX propone la «supresión de los impuestos que pesan sobre la factura de la luz y que fueron establecidos por los sucesivos gobiernos del bipartidismo que asumieron los costes del desarrollo de las energías renovables».

Consenso en industria

‘Azules’ y ‘Verdes’ coinciden en la necesidad de reindustrializar la economía española; aunque con matices. Mientras el PP se plantea el objetivo de que la industria aporte el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) español, VOX anuncia una Ley de Industria «para potenciar la reindustrialización de España». Ambas formaciones coinciden en señalar el automóvil y la industria de Defensa como sectores clave para el futuro.

Y ambos se fijan en Europa, aunque bajo prismas diferentes. La formación ‘verde’ considera que la Unión Europea «no puede convertirse en una máquina implacable de imponer normas que, lejos de ayudar y potenciar nuestro campo e industria, le obligue a competir en desigualdad de condiciones con productos del exterior». Y anticipa que exigirá «la recuperación y aplicación del principio de preferencia comunitaria».

Para el Partido Popular, se trata de «reindustrializar nuestra economía
haciendo un mejor uso de los fondos europeos».  La clave, dice, está en la gestión. Por ello, su gobierno empezará por una auditoría de los fondos europeos y la evaluación de cómo han sido gestionados (ejecución, cumplimiento de los hitos y objetivos pactados, problemas que han dificultado su ejecución, coordinación entre administraciones públicas, recursos destinados para gestionarlos).  El PP quiere «maximizar en España los objetivos de los fondos europeos», aumentar su transparencia, coordinar su planificación y gestión y crear «un órgano asesor para la mejor orientación de los fondos europeos con la participación del sector privado».

La cuestión es agilizar la ejecución de los fondos europeos y asegurar de que llegan a «la economía real». Para ello propone diversas medidas como promover incentivos y bonificaciones fiscales para acelerar la ejecución de los proyectos. Desde el punto de vista administrativo, la propuesta popular pasa por establecer la «declaración responsable como vía de acceso a los fondos» y, a partir de ahí, aumentar los anticipos y mejorar las garantías y avales.

El apoyo a las empresas y los empresarios es, nominalmente, otro punto en común, aunque una lectura atenta de los programas desvela grandes diferencias. El PP aboga por crear «un ecosistema propicio para la innovación social» con un mejor acceso a recursos, financiación y apoyo técnico a los emprendedores. Y se compromete a «promover una imagen positiva de los empresarios y de la empresa».

VOX prefiere hablar de recuperar «la unidad de mercado interior, así como las competencias económicas para el Estado. Reduciremos el exceso de legislación [autonómica] de las actividades económicas que actúan como barreras de entrada para los nuevos empresarios y autónomos». Aunque también quiere fomentar «la continuidad empresarial mediante incentivos y desgravaciones fiscales favoreciendo el relevo generacional en todas las empresas familiares».

Frente a ello, el PP ofrece eliminar «barreras injustificadas a las empresas, a través de la racionalización de la normativa autonómica y la promoción del reconocimiento mutuo de permisos y licencias en todo el territorio español».

Otro sector clave es el comercio, una actividad que los populares quieren incentivar mediante «marcos normativos que promuevan el crecimiento y fortalecimiento de nuestro tejido empresarial». El PP quiere impulsar el comercio de proximidad, su digitalización, su especialización y su competitividad.

Para VOX, la prioridad es defender «el comercio local y el producto nacional frente a las grandes multinacionales y franquicias que eluden sus obligaciones fiscales, comercian con los datos digitales cosechados en España, e impiden a nuestros pequeños comerciantes acceder al mercado en condiciones de igualdad».

Dos posiciones ideológicas similares, con una visión de los problemas parecida aunque ópticas y medidas diferentes. La solución: el 23J.

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