Una brecha de seguridad en Hacienda deja expuestos datos de grandes fortunas: «Casi se los llevan»
Varios delincuentes fueron capaces de entrar en las dependencias sin que sonara la alarma
Una brecha de seguridad «física» en el edificio de Hacienda de Valencia ha permitido que unos ladrones accedan a despachos de varios inspectores de la Agencia Tributaria con información confidencial, entre ella, de grandes fortunas, según revelan a OKDIARIO fuentes muy cercanas a los hechos. El suceso fue hace unas semanas. Varios delincuentes fueron capaces de entrar en las dependencias sin que sonara la alarma. Sin embargo, la policía fue capaz de capturarlos al ser descubiertos en su huida por unas escaleras de emergencia.
«Los pillaron por su ambición», explican las fuentes, que también aseguran que, de haberse marchado antes, los ladrones podrían haber escapado después de «poner patas arriba» dos plantas enteras con despachos de inspectores de Hacienda que manejan información privada de grandes fortunas.
El objetivo de los implicados eran los nuevos ordenadores que la Agencia Tributaria había puesto a disposición de sus empleados: «La Agencia Tributaria tiene datos muy delicados. Todo un sistema para operar desde los ordenadores sin que haya filtraciones de datos. Lo que proporcionaron es material a los trabajadores para que pudieran trabajar desde casa, que son los portátiles».
Por tanto, para facilitar el teletrabajo, la Agencia Tributaria trasladó la información de sus ordenadores a unos portátiles «para que quien quisiera teletrabajar pudiera». El problema aparece por algo que parece una filtración: «Los ladrones supieron cuándo iban a estar entregando los portátiles. Cuándo teletrabajaba la gente, cuándo los iban a entregar… Y lo que hicieron fue colarse en el edificio de la Agencia Tributaria de Valencia de la avenida Blasco Ibáñez, por las escaleras de incendios, hasta el último piso».
Datos de Hacienda de grandes fortunas
«Las plantas de arriba son de la inspección que lleva grandes contribuyentes», desvelan las fuentes. Una vez accedieron a la planta de arriba, «empezaron a desvalijar» todo lo que encontraban. «Hay despachos con documentación comprometedora. No sabemos por qué no sonó la alarma a nivel de sonido, pero alguien debió de verlos y avisar. Los consiguieron pillar bajando la escalera de incendios, pero hubo un fallo de seguridad a nivel físico muy gordo», detallan las fuentes.
En concreto, los ladrones pudieron acceder a «despachos de muchos inspectores» que «se vieron comprometidos» y que quedaron «patas arriba». «Habían estudiado el edificio y sabían por dónde entrar. Habían conseguido incluso subir un carrito para llevarse todos los ordenadores».
«Les dio tiempo a desvalijar prácticamente dos plantas. La seguridad en esa puerta de arriba fue muy mala. De un golpe están dentro. Si hubieran sido menos ambiciosos, se llevan todo. Y si lo que hubieran querido es entrar en despachos donde se tiene información muy confidencial…», explican las mismas fuentes.
Una brecha de seguridad
Los ordenadores que estuvieron a puntos de llevarse los ladrones «tienen todos los datos». «Imagínate que eres el inspector que esté investigando a tu competidor, puedes bajarte todo del ordenador si vas físicamente. Metes un USB y ya está», lamentan. «La Administración tiene muchos datos muy sensibles que tendría que cuidarlos. El lugar donde trabaja la Agencia de Administración Tributaria tendría que ser un fortín», sentencian las fuentes.
Así, estos ladrones han mostrado la gran brecha de seguridad que pone en entredicho a Hacienda. Los datos financieros y económicos de muchos contribuyentes han estado a punto de ser expuestos. Si los implicados tuvieran otras motivaciones, podrían haber tenido acceso a información confidencial muy comprometedora. Por suerte, en el último momento y gracias a su excesiva ambición, las autoridades pudieron detenerlos.
Las fuentes también transmiten a este periódico la indignación que los hechos han causado en los trabajadores valencianos de la Agencia Tributaria. Varios inspectores se encontraron con sus despachos revueltos, algo que puede llegar a comprometer su trabajo e investigaciones.