BBVA dispuesto a lanzar una opa hostil con canje de acciones que valora a Sabadell en 2,23 euros
El BBVA está dispuesto a hacerse con el Banco Sabadell de forma hostil si no llega a un acuerdo en las negociaciones que abrió ayer con el banco catalán. En ese caso, lanzará una opa mediante canje de acciones para la que baraja una ecuación de entre 0,203 y 0,205 acciones propias por cada título del Sabadell, lo que valora a éste último entre 2,21 y 2,23 euros (a precios de cierre del lunes) y supone una prima de hasta el 28,5%.
Así lo aseguran fuentes conocedoras de la operación que ayer reconoció el propio banco que preside Carlos Torres. De hecho, lleva meses estudiándola, para lo que ha contratado como asesores a JP Morgan y UBS. La valoración del 100% del Sabadell con la citada ecuación se situaría entre 11.965 y 12.073 millones. No obstante, esta relación puede variar finalmente, advierten.
Dado que el pago se hará mediante canje de acciones, esta valoración varía con la cotización del BBVA, que este martes sufrió una caída del 6,65% hasta 10,175 euros como reacción a la noticia. A ese precio, cada acción del Sabadell con esta ecuación de canje estaría valorada entre 2,06 y 2,08 euros.
«El consejo del Sabadell no tiene ninguna intención de vender, pero el banco no tiene un núcleo duro de accionistas y está desnudo; si alguien ofrece una prima atractiva, los accionistas venderán», explica una de las fuentes consultadas.
Otra añade que «el BBVA es consciente de la vulnerabilidad del Sabadell y está dispuesto a comprarlo por las buenas o por las malas. Y no puede permitirse fracasar dos veces en la compra del mismo banco. Si llega a un acuerdo, bien; pero si no, lanzará una opa hostil y confía en hacerse con la mayoría».
El Sabadell sólo tiene un accionista individual significativo, el mexicano David Martínez, que entró en el banco en 2013 y que ahora posee el 3,495% del capital, según la CNMV. Los demás accionistas relevantes son fondos de inversión que venderán sus títulos si consideran que la oferta del BBVA es suficientemente atractiva: BlackRock, con el 3,621%; Fintech Europe con el 3,105%; Dimensional Fund Advisors con el 3,011%; y Millenium Group con el 1,034%. El resto del accionariado cotiza libremente en Bolsa.
Los analistas de Kepler Cheuvreux advierten de que el Sabadell sí tiene una vía de defensa en caso de que finalmente la operación sea hostil: la venta de su filial británica TSB, cuyos ingresos se utilizarían para una recompra masiva de acciones que dificultaría el éxito de la opa.
Sorpresa en el Sabadell
La operación del BBVA ha pillado por sorpresa a la cúpula del Sabadell, encabezada por el presidente Josep Oliu y el consejero delegado César González Bueno. De hecho, la entidad estaba hasta ahora más en posición compradora, y de hecho estuvo estudiando seriamente la compra de Unicaja, como adelantó OKDIARIO.
Esta adquisición finalmente fue descartada por las fuertes pérdidas latentes en la cartera de deuda pública del banco malagueño y porque le habría obligado a vender el británico TSB, justo cuando empieza a aportar al beneficio del grupo. Visto con la perspectiva actual, esta operación habría blindado al Sabadell del apetito del BBVA debido al tamaño que habría alcanzado al integrar a Unicaja. Pero prefirió dejar pasar esa oportunidad.
La fusión de BBVA y Sabadell ya se intentó en septiembre de 2020, como adelantó entonces OKDIARIO, justo a raíz de la fusión de CaixaBank y Bankia, y cuando la cotización del Sabadell se encontraba en mínimos a causa de la pandemia del covid. Sin embargo, entonces las negociaciones encallaron por la falta de acuerdo en el precio y porque el consejero delegado de BBVA, el turco Onur Genç, prefería crecer en su país mejor que en España. Entonces le habría salido mucho más barato, pero también es cierto que su acción ha subido mucho y, al ser con canje, tampoco le sale tan caro ahora.
Aquella ruptura provocó que el BCE impusiera duras condiciones al Sabadell para seguir en solitario: la sustitución como consejero delegado de Jaume Guardiola por César González Bueno, un duro ajuste de costes mediante un ERE y el cierre de oficinas, y la presentación de un nuevo plan estratégico.