Reestructuración bancaria

Torres (BBVA) y Oliu (Sabadell) inician las conversaciones para fusionar los dos bancos

BBVA, Banco Sabadell, Carlos Cuerpo, Carlos Torres, Josep Oliú
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Las negociaciones de fusión de CaixaBank y Bankia, adelantadas por OKDIARIO, han hecho reaccionar de inmediato al resto de bancos españoles. Los presidentes de BBVA, Carlos Torres, y de Banco Sabadell, Josep Oliu, han iniciado contactos preliminares de cara a una posible fusión, según confirman fuentes conocedoras de la situación. No obstante, están mucho menos avanzadas que las de CaixaBank y Bankia, y no puede hablarse de momento de negociación.

Las fuentes citadas explican que Torres y Oliu ya se han sentado y ambos han dado el OK a que sus equipos continúen hablando en las próximas semanas, unas conversaciones que pueden conducir (o no) a unas negociaciones formales de fusión con bancos de inversión que asesoren a ambas entidades y con una due diligence o examen en profundidad de las cuentas. Por otro lado, no hay ninguna exclusividad, por lo que otras entidades podrían cruzarse en la operación.

Como informó OKDIARIO, en el caso de CaixaBank y Bankia ya están en esa fase de la due diligence, encargada a EY (Ernst&Young) para obtener una valoración de Bankia sobre la que negociar la ecuación de canje. Asimismo, tienen asesores (Rothschild y Morgan Stanley) y también están negociando el reparto de poder, puesto que José Ignacio Goirigolzarri quiere tener competencias y no ser un ‘presidente florero’.

Un portavoz de Sabadell asegura que «nosotros somos el referente como banco de empresas en España. El negocio en España y Reino Unido, la digitalización y la mejora de la eficiencia es nuestro foco ahora. Hoy por hoy, no hay nada con nadie». Desde BBVA no quisieron hacer comentarios a OKDIARIO.

BBVA-Sabadell: una fusión con ventajas…

Como es evidente, la fusión de CaixaBank y Bankia, que casi con toda seguridad llegará a buen puerto, va a provocar un movimiento tectónico en el sector financiero español. BBVA era el líder del mercado nacional tras la compra de CatalunyaBanc, pero fue superado por Santander-Popular y ahora por CaixaBank-Bankia. Quiere reaccionar y, además, ahora le interesa dar más peso al negocio enEspaña en su balance ante las dificultades en EEUU (amortizó el valor de su filial en el primer trimestre), Turquía y, sobre todo, México, su principal generador de ingresos en la última década y que ahora está sufriendo mucho por el covid.

Por supuesto, en nuestro país BBVA obtendría unos grandes ahorros de costes gracias a la reducción de oficinas y servicios centrales duplicados y a los despidos consiguientes, el verdadero leit motiv de la operación CaixaBank-Bankia. En el caso de BBVA-Sabadell, el banco suizo UBS estima que las sinergias serían de unos 800 millones anuales, con unos costes iniciales de reestructuración de 2.300 millones que también le saldrían gratis, como a CaixaBank, gracias al efecto contable de comprar Sabadell por debajo de su valor en libros (badwill, fondo de comercio negativo). Este impacto puede llegar a 8.000 millones.

Por otro lado, el PNV pretendía que BBVA se lanzara a por Bankia con Goirigolzarri al frente para ‘revasquizar’ el banco, operación a la que Torres se resistía y de la que se ha librado gracias al movimiento de CaixaBank. El sustituto de Francisco González prefiere claramente la operación Sabadell a lanzar un contraataque por Bankia. Y participar en la consolidación que fomenta el BCE le permite reconciliarse con el supervisor, con el que mantenía unas relaciones algo tensas.

Además, el CEO del Sabadell, Jaume Guardiola, es un ex BBVA, lo que facilitaría la integración cultural, máxime con González fuera de la presidencia. Oliu se jubilaría con toda probabilidad si se llega a un acuerdo de fusión. Finalmente, con esta operación Torres gana tiempo para tratar de sortear sus problemas con la justicia en el ‘caso Villarejo’, la gran espada de Damocles que se cierne sobre BBVA.

… Y grandes obstáculos

Pero la operación tiene grandes obstáculos para el banco vasco. Por un lado, reducirá su capital y, según algunos analistas, puede obligarle a pedir dinero a los accionistas para mantener sus niveles de solvencia, algo muy complicado con la cotización cerca de mínimos históricos (hay que emitir muchas acciones para captar poco dinero). Por otro, Sabadell tiene un importante negocio de pymes y relacionado con el turismo (heredado de la antigua CAM), los sectores más afectados por el covid.

Asimismo, Sabadell sigue lastrado por el británico TSB, que le ha ocasionado enormes gastos por sus problemas tecnológicos y que sigue sin aportar al beneficio al día de hoy. El mercado cree que no tendrá más remedio que venderlo, al igual que le ocurre a BBVA con las unidades de Turquía y EEUU; en todos los casos, con grandes pérdidas. El banco catalán también debe amortizar 1.000 millones de fondo de comercio de las compras de Urquijo, Guipuzcoano y Caixa Penedès, según su auditor.

Asimismo, Torres debe convencer a sus accionistas -nada satisfechos con la caída de la cotización del banco- de que debe pagar un precio por Sabadell, mientras que Santander compró Popular por un euro (aunque la situación de ambos no es comparable). UBS considera que podría no pagar ninguna prima por el banco catalán, aunque en ese caso sería difícil convencer a Oliu y a su consejo.

El mercado considera que Sabadell es el banco de los grandes más vulnerable en el entorno actual de aumento de la morosidad y tipos negativos, por lo que casi nadie cree que vaya a seguir en solitario. Otra cosa es que BBVA sea el mejor compañero de viaje para sus accionistas. Hace dos años, Oliu y José Ignacio Goirigolzarri negociaron una fusión, pero la caída de las cotizaciones de ambos bancos les forzó a descartarla.

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