Los bancos españoles aprueban los test de estrés pero quedan por debajo de la media europea
Los grandes bancos españoles -Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter- aguantan el escenario más severo planteado en los test de estrés de la EBA (Autoridad Bancaria Europea) y mantienen a finales de 2023 un capital de máxima calidad CET1 por encima del 6%.
Sin embargo, este porcentaje está por debajo de la media europea del 10,2%, salvo en el caso de Bankinter, que contaría con una ratio «fully loaded» -teniendo en cuenta las futuras exigencias de capital- del 11,25% en el peor de los casos, lo que le coloca como el banco español más solvente. OKDIARIO informaba este viernes de que las menores ayudas a las empresas concedidas por el Gobierno penalizaban a las entidades españolas.
Por detrás de Bankinter figuran el Banco Santander, con una ratio de capital del 9,31% bajo un supuesto de tres años de crisis; BBVA, con el 8,69%; y el Banco Sabadell, con el 6,54%.
El Santander es el más resistente de todos los grandes bancos de Europa, pues es el que menos capital destruye en el período de tres años del escenario adverso. Teniendo en cuenta la hipótesis más extrema de los test, la ratio de capital CET1 del Santander a cierre de 2023 desciende desde el 11,89% inicial, hasta el citado 9,31%.
Este recorte de 2,58 puntos porcentuales es el menos acusado entre las grandes entidades europeas, las que se consideran comparables al Banco Santander, y entre las que están el BBVA, que consumiría 3,03 pp; Nordea (3,69), BNP Paribas (4,40), ING (4,43), Intesa Sanpaolo (4,66), Commerzbank (5,02), Société Générale (5,62), Unicredit (5,92), Deutsche Bank (6,20) y Crédit Agricole (6,34).
Si se tienen en cuenta los 50 bancos que han participado en la prueba y no solo los de un tamaño comparable al Santander, el grupo que preside Ana Botín figura como el octavo que menos capital consume en el escenario adverso.
En los test de estrés publicados este año, a los que se han sometido 50 entidades que representan el 70 % de los activos bancarios europeos, no hay aprobados ni suspensos, aunque sí suficiente información para que el mercado y los analistas conozcan las fortalezas y debilidades de las distintas entidades.
Las pruebas de la EBA consisten en medir la capacidad de resistencia de la banca en un escenario base en el que la economía no dé grandes sorpresas y otro estresado, realmente el más interesante, para medir su capacidad de resistir futuras turbulencias económicas.
Los bancos españoles han tenido que hacer frente a un hipotético escenario en el que el PIB español caería el 0,9 % en 2021, ahondaría en la recesión en 2022 con un retroceso del 2,8 %, para crecer un 0,5 % en 2023, frente a la previsión de que la economía avance un 6,8 % en 2021, un 4,2 % en 2022 y un 1,7 % en 2023.
Además, el paro en España se dispararía hasta el 21,9 % en 2023.