El Banco de España constata que la economía española se acelera hasta el 0,9% en el segundo trimestre
El Banco de España estima que la economía española ha crecido un 0,9% durante el segundo trimestre del año. Según el organismo supervisor, el Producto Interior Bruto (PIB) habría apuntado otro dato positivo gracias al «mayor vigor del consumo privado». De esta manera, se acelera el crecimiento de la economía española una décima más que en el primer trimestre y dos más que en el último trimestre de 2016.
El organismo ha reflejado en su Boletín Económico el informe trimestral de la economía española y destaca que el ritmo de avance de la actividad «se ha intensificado a lo largo de la primera mitad del año».
Tras la pérdida de empuje observada en los primeros meses del año, el consumo privado «habría recuperado un mayor vigor durante la primavera», apoyado en la continuación del proceso de creación de puestos de trabajo así como en la prolongación de condiciones financieras favorables.
La inversión en construcción también influye
Además, la inversión en construcción podría haber acentuado el tono positivo presentado en el primer trimestre, de acuerdo con la información procedente de los indicadores actuales.
Por el contrario, el gasto en bienes de equipo habría moderado su ritmo de avance, apuntando un 1,5%, tras mostrar un crecimiento muy elevado al comienzo del año, concretamente del 3%.
El crecimiento del gasto en consumo de los hogares ha registrado una subida en el segundo trimestre, como la inversión en construcción: se habría situado en el 0,7% frente al 0,4% del trimestre anterior, si bien el consumo habría mostrado una «evolución «más moderada» entre enero y junio de este año que en la segunda mitad de 2016.
En el caso de la inversión en vivienda, el Banco de España apunta a una moderación en el avance de este componente en el segundo trimestre, tras su aceleración en el primero.
Crece la actividad empresarial
Mientras, la actividad empresarial habría continuado aumentando su ritmo de expansión, apoyada principalmente en las actividades de industria y energía y en los servicios de mercado, al tiempo que el valor añadido de la rama de la construcción habría continuado su expansión en el segundo trimestre, a un ritmo menor.
De esta forma, calcula que la contribución de la demanda nacional habría sido del 0,8% en el segundo trimestre (dos décimas más que en el primer trimestre), frente al 0,1% de la demanda exterior neta (una décima menos que en el primer trimestre).
Se acelera el empleo
En cuanto a la evolución del sector exterior en el segundo trimestre, el Banco de España explica que la información disponible es «escasa» y hay dificultades para identificar adecuadamente el ‘efecto Semana Santa’, si bien señala que las jornadas de huelga de los estibadores portuarios habrían tenido un «impacto negativo» sobre estos flujos.
No obstante, añade que los datos conocidos parecen apuntar a una «cierta desaceleración» de exportaciones e importaciones de bienes en los meses de primavera, cuyas magnitudes respectivas apuntan en cualquier caso a que, como en los trimestres precedentes, la contribución de la demanda exterior neta al crecimiento del PIB habría sido de nuevo positiva.
Por otro lado, los datos de empleo son positivos: se habría registrado un avance del 2,8% entre abril y junio, tres décimas más que en el primer trimestre del año. Asimismo, el empleo se habría acelerado con puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, con un alza intertrimestral del 0,9%, dos décimas más que en el período enero-marzo.
En el caso de la economía de mercado, el empleo también elevaría algo más su ritmo de avance, hasta el entorno del 1%.
El IPC cae por el descenso de los precios de la energía
Respecto a los precios de consumo, cuya tasa de variación interanual había repuntado hasta el 3% en los meses de enero y febrero, se han desacelerado significativamente con posterioridad, hasta una tasa del 1,9% en mayo, debido a los efectos base asociados al componente energético.
No se aprecian señales concluyentes de que el repunte que tuvo lugar en el componente energético a partir del verano de 2016 se esté trasladando a los precios de otros bienes y servicios de consumo, según la información del Banco de España.