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Las dificultades para crear riqueza en España

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Monedas de euro (Foto: GETTY/iStock)

Uno de los economistas académicos españoles más reconocido internacionalmente por sus diversos trabajos y libros, Don Jesús Huerta de Soto, es también famoso por un vídeo disponible en la plataforma Youtube la que expone las dificultades que tienen en España las empresas para nacer y para crecer, acabando con una frase poco ortodoxa que viene a decir que no va a invertir nadie ante la persecución de Hacienda y las trabas regulatorias que hay en nuestro país hacia aquellos que quieran crear riqueza.

El Banco Mundial ofrece a través de su Doing Business información sobre el coste de hacer negocios para los diferentes países del mundo y, ¿en qué posición se encuentra España? Nuestro país se encuentra en el puesto 32 de 190 en la facilidad de hacer negocios, pero si observamos las variables en las que se desagrega este indicador podemos comprobar como obtenemos peores notas en los procesos que intervienen de forma directa en la apertura de negocios.

Así, por ejemplo, en cuanto a las facilidades para abrir un negocio, España se encuentra en el puesto número 85, debido a que, por ejemplo, son necesarios hasta 7 procedimientos frente a terceros –organismos del gobierno, abogados… –para cumplir con las trabas burocráticas de apertura de una empresa o comercio,  frente a los 4,8 procesos de media que existen en la OCDE. Además, para realizar estos procesos se tarda unos 13 días, frente a los 8,3 días que se tarda en los países más desarrollados.

¿Y qué coste tiene abrir un negocio? Pues según el Banco Mundial, destinamos un 5% de nuestra renta per cápita para tal fin, esto es, en torno a 1.500 euros, frente al 3,1% de la media de la OCDE. Pero, a mayores, es necesario un capital mínimo para constituir una empresa que en España asciende al 12,9% de nuestra renta per cápita –en torno a 3.700 euros–, frente al 9,2% de la medía de los países más desarrollados.

También a la hora de poder construir un almacén los costes son muy elevados, por ejemplo, son necesarios 13 procedimientos y hasta 205 días desde que se inicia el proceso de solicitud de construcción de una nave hasta que se logra obtener todos los permisos para comenzar su construcción –50 días más que la media de la OCDE, lo que se traduce en un coste burocrático de entorno a los 1.500 euros.

Nuestro mercado laboral también influye en las facilidades para poder crear un negocio y en nuestro país este es completamente disfuncional. Si observamos el índice de libertad económica elaborado por el Instituto Fraser, podemos ver como en cuanto a la regulación laboral estamos en el puesto 118 del mundo, con una nota de 5,4 sobre 10. Esto es, tenemos una excesiva regulación en nuestro mercado laboral lo que dificulta la contratación de trabajadores, y más si son indefinidos, donde la excesiva protección en la que se encuentran este tipo de contratos provoca que en los últimos años la mayor parte de los nuevos puestos de trabajo sean temporales, debido a su menor coste, si bien la reforma laboral ha permitido corregir esta situación en parte.

Además de las complicaciones que existen en nuestro país para crear un negocio, aquellos que desean crecer también lo tienen realmente difícil, sobre todo las empresas que pasan de los 49 a los 50 trabajadores. Con 50 empleados se obliga, entre otras cosas, a crear un Comité de Empresa en la que se debe remunerar a los delegados de personal por el trabajo que desempeñan como representantes de los trabajadores; también se obliga a las empresas con ese número de trabajadores a disponer de un comedor en el que los empleados puedan realizar comidas a precios reducidos.

Asimismo, una empresa estará obligada a que sus cuentas anuales y el informe de gestión sean revisados por un auditor; el pago del IVA sea mensual, no trimestral; o  el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades sea del 21% y no del 18%; en el caso de cumplir con dos de los siguientes requisitos: tener más de 50 trabajadores, un activo superior a 2,85 millones € y una facturación de 5,7 millones de euros.

En definitiva, España no es un país amigo para la creación de riqueza, a saber, primero dificulta a través de numerosas trabas burocráticas y costes la apertura de un negocio, para, posteriormente, aquellas empresas que ofreciendo bienes y servicios que demanda la gente por su calidad y precio, se ven entorpecidas para su crecimiento con la pérdida de los numerosos beneficios que disponen por ser empresas de reducido tamaño, que a caso deberían ampliarse para cualquier tipo de empresa, independientemente de su facturación o el número de trabajadores. Poner palos a la rueda de la creación de riqueza explica las tasas de desempleo tan elevadas y los salarios reducidos que padecemos en comparación a los países desarrollados, puesto que dificultan tener un país productivo con empresas competitivas a nivel internacional.

Santiago Calvo López es coordinador de Students For Liberty Galicia.

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