El Real Madrid recupera poco a poco la solidez defensiva. Ha costado, pero parece que el conjunto blanco comienza a ver los brotes verdes atrás. Desde que arrancó el curso, Carlo Ancelotti tenía claro que después de dejar patente su firma en la mejora ofensiva, tocaba trabajar en defensa y, con el paso de los meses, se empieza a plasmar sobre el césped. Al menos, así se ha visto en los dos últimos encuentros disputados por los madridistas. Eder Militao y David Alaba se han confirmado como la pareja titular en el eje de la zaga y comienzan ya a coordinarse a la perfección.
No lo tienen nada fácil. La formación de esta pareja estará siempre en constante comparación con una de las mejores de la historia del conjunto blanco, la que formaban Ramos y Varane. El que fuera capitán se consolidó en estos últimos años como uno de los mejores centrales que se han visto, mientras que el francés se consolidó con el paso de los años como el mejor acompañante del sevillano, haciéndose un indiscutible y también uno de los mejores en su puesto del mundo.
Sin embargo, por distintas razones, ambos abandonaron el pasado verano el club. Con Ramos no se alcanzó un acuerdo para cerrar su renovación y se marchó al PSG, después de una última temporada marcada por las lesiones, que aún no ha logrado superar en su nueva aventura. En el caso de Varane, buscó nuevos incentivos marchándose al Manchester United, con el que las cosas le van tan bien como sí que le iban de blanco.
No han conseguido aún rendir a un nivel parecido al que mostraron a lo largo de sus carreras en el Real Madrid, pero eso no impide que su sombra es aún muy prolongada en el Bernabéu. Sin embargo, poco a poco van cayendo en el olvido sus marchas. Entre Alaba y Militao tienen una misión complicada, pero cada vez se aproximan más a ella. Los dos tratan de alcanzar una solidez como pareja que evite que los aficionados se acuerden de la dupla zaguera de la última década.
Ante el Shakhtar se vio una notable mejora, evitando todo tipo de peligro, mientras que frente al Barcelona se terminó de confirmar. Ancelotti logró que sus futbolistas mantuvieran controlada la situación y, cada vez que los culés amenazaban la meta de Courtois, ahí estaban Alaba y Militao para evitarlo.
Además, el austriaco se vistió del mejor Ramos en el Clásico. Liderando al equipo desde atrás, fue fundamental haciendo un auténtico golazo en la primera mitad. El heredero del 4 estuvo a la altura del dorsal que luce en su espalda en el primer partido de máximo nivel que ha disputado con la elástica blanca. Al igual que sucediera en su día con el camero, escoltado siempre por un gran Varane, Militao cumplió también con las expectativas y se confirmó también como uno de los mejores del encuentro.
Alaba, mejor de central
Con el fichaje de David Alaba, el Real Madrid se ha asegurado contar con un jugador todoterreno. El austriaco será el comodín de Ancelotti a lo largo de la temporada, si es que es necesario. Mientras que no, será el central titular e indiscutible del conjunto blanco. Pese a que a lo largo de su carrera ha jugado más en el carril izquierdo que en el centro e incluso ha jugado como pivote, el técnico tiene claro que él lo necesita de 4 y así será.
La marcha de la pareja de centrales varió los planes que había con el austriaco, que podía cubrir cualquiera de las tres posiciones anteriores. Desde entonces, pasó a ser central, aunque por obligación el italiano le ha dispuesto en otras demarcaciones. Durante los momentos en los que la defensa ha estado en cuadro, sin Mendy y Marcelo en la izquierda y sin Carvajal en la derecha, Alaba se ha visto obligado a jugar en el lateral zurdo.
Pese a que su rendimiento ha sido bueno, los blancos han sufrido bastante a la hora de defender, dando la sensación de que hacía falta muy poco para generarles un peligro real. Una vez que el carrilero francés se ha recuperado, Alaba ha pasado a ocupar definitivamente la posición para la que se le había pensado y los resultados no se ha hecho esperar.
A eso se suma que Militao poco a poco va recuperando las sensaciones que dejó el pasado año. Con los problemas constantes que tuvo Zidane con las lesiones, el brasileño se tiró gran parte de los últimos meses de la temporada como titular, haciendo que no se notase la ausencia del entonces capitán. Ahora, con el paso de los encuentros, cada vez está más cerca de ofrecer un nivel similar.
