El Valencia sigue en caída libre tras empatar ante el Granada

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Prandelli intenta consolar a sus jugadores tras el empate del Valencia ante el Granada. (EFE)
Miguel Zorío

El efecto Prandelli se disuelve y el Valencia continúa con su mala racha de resultados, que le acercan cada vez más a Segunda División. Todavía es pronto para hacer este tipo de afirmaciones, pero lo cierto es que los números así lo indican. En su último partido ante el Granada, colista de la Liga, no consiguió pasar del empate en Mestalla en otro mal partido de los blanquinegros. «Hemos tocado fondo en todos los sentidos», reconoció el capitán Enzo Pérez tras el empate en casa ante el conjunto nazarí.

Y es que el Valencia está en números de descenso. Con esta marcha van camino de hacer 35 puntos, lo que supondría -teniendo en cuenta las últimas campañas como referencia- que bajarían a Segunda División por segunda vez en su historia, algo que no se pueden permitir el lujo de hacer puesto que significaría la desaparición del club tras 98 años de historia. Hoy por hoy la realidad es esa y mientras tanto Peter Lim sigue sin dejarse ver por la capital del Turia.

Su gestión está llevando al Valencia a firmar uno de los peores inicios de su historia. Ni siquiera el año que descendió (temporada 85-86) cuajó un comienzo tan nefasto. A estas alturas llevaban cinco puntos más. El crédito del magnate de Singapur se ha agotado, al igual que la paciencia de Mestalla que coreó el «Peter vete ya». Hasta el técnico italiano reconoce que «la situación en la que estamos es la situación real del Valencia» y además asegura que «la plantilla tiene un problema psicológico».

Parecía que con la llegada de Prandelli, el equipo iba a ir para arriba tras esa victoria ante el Sporting. Pero tan sólo fue un espejismo. Pese a jugar bien contra el Barça, acabaron cayendo. Posteriormente perdieron en Riazor y frente al Celta. Aquellos años peleando por Europa han quedado ya en la retina de los valencianistas, que temen por acabar la Liga en esos tres últimos puestos que te mandan directo a Segunda.

Más aún teniendo en cuenta que la próxima jornada visitan el Sánchez Pizjuán, con un Sevilla enchufado. Una derrota e incluso el empate les metería en puestos de descenso. Al paso que van, terminarán como la pasada temporada, luchando por la permanencia en la máxima categoría del fútbol español. Y todo gracias al equipo que ha montado Peter Lim en estos dos años, ese dueño que ni aparece por Valencia.

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