Toda la verdad sobre el despido de Víctor Valdés del Barcelona

El despido de Víctor Valdés del FC Barcelona pone fin a tres meses de discrepancias entre el club y el que hasta el lunes era el entrenador del Juvenil A. El que fuera leyenda bajo los palos del conjunto barcelonista ha ido colmando la paciencia de la directiva y especialmente de Patrick Kluivert, quien finalmente ha optado por prescindir de sus servicios para poner al cargo del equipo a Franc Artiaga.

Valdés se hizo cargo del equipo el pasado verano y desde el primer momento se encargó de establecer una idea de juego que rompía por completo con el estilo por el que abogan en La Masía. El técnico implantó una metodología diseñada por él mismo, que no gustó nada a la directiva, al pasar del 4-3-3 habitual en la cantera blaugrana al 4-4-2.

Quizás por esta razón, Valdés no acudió a la cita de la presentación del departamento de Metodología de Paco Seirul·lo, a la que sí asistieron el resto de entrenadores de las categorías inferiores. Tampoco estuvo presente en la cena de técnicos de la cantera, en la que sí que apareció su staff.

Desde la entidad entendían que con este sistema de juego, denominado por el propio Valdés como ‘Futtack’, jugadores llamados a jugar en un futuro en el primer equipo como Ilaix Moriba no tenían el peso que debían. En el club confían mucho en las posibilidades del jugador, al que han puesto una cláusula de 100 millones, y sin embargo no contaba con la suficiente confianza del ya ex técnico del juvenil.

Los conflictos con Valdés no quedan ni mucho menos ahí. Este fue el principal punto de discrepancias entre la directiva, que usó de cabeza visible a Patrick Kluivert, director de fútbol formativo, y el técnico. Pero lejos de quedarse ahí, los problemas han ido en aumento en estos tres meses, hasta terminar en un divorcio total.

Para empezar, en pretemporada, el técnico decidió retirar a su equipo de la Otten Cup cuando debían disputar el tercer y cuarto puesto. Las razones que expuso fueron el «alto riesgo de lesión» por el poco descanso entre partidos e incluso que sucediera «algo más grave a nivel cardíaco que podría ocurrir de no tomar esta decisión».

Quiso jugar sus partidos en el Johan Cruyff

Una de las joyas de la corona del fútbol de la cantera culé es el Estadio Johan Cruyff, inaugurado esta misma temporada. Víctor Valdés quería jugar a toda costa en el nuevo estadio barcelonista, algo que sólo hacen el Barça B y el femenino. El entrenador, por su parte, se quedó con las ganas de disputar los encuentros de Liga y únicamente lo ha pisado para disputar la Youth League, en la que su equipo marcha último de grupo.

Precisamente, al encuentro europeo disputado frente al Inter el equipo llegó tarde. El técnico quiso dar la charla en La Masía en lugar de hacerlo en las instalaciones, por lo que no llegaron dos horas y media antes del comienzo, como estipula la UEFA. Una situación que le ha costado una multa al club.

«No me toques los huevos Patrick, que te doy»

El responsable de prensa fue otro de los frentes que abrió el ex guardameta del conjunto barcelonista. Valdés se quejó de que no daba las ruedas de prensa sentado en la sala de prensa, algo que únicamente hace el entrenador del primer equipo, Ernesto Valverde. Por falta de cobertura mediática y de medios, los entrenadores del filial hacen sus declaraciones de pie, sin embargo Valdés se negaba.

Pero con quien más roces ha tenido Valdés en este tiempo ha sido con Patrick Kluivert. El último enfrentamiento ocurrió el viernes 4 de octubre, cuando fue apartado de sus funciones, a la espera de la resolución de situación contractual. El holandés ha sido el encargado de llamar la atención al técnico del filial en numerosas ocasiones, estando a punto de llegar a las manos en esta última.

A cuenta del estilo de juego del equipo de Valdés, Kluivert se reunió el viernes con el que fuera portero del Barça durante 12 temporadas. El actual directivo culé le espetó que no debía jugar con un 4-4-2 y la discusión fue subiendo el tono hasta el punto de que estuvieron cerca de tener un enganchón. La tensión se elevó tanto que Valdés terminó gritándole: «No me toques los huevos Patrick, que te doy. Mis equipos los hago yo».