EL DEFENSA VIVIÓ EL DUELO INTENSAMENTE

La pasión con la que Sergio Ramos vivió el derbi

Sergio Ramos
Sergio Ramos viviendo el derbi desde el banquillo.
Iván Martín

Eran las 19:00 horas de la tarde cuando saltaba la noticia. Varane y Nacho formarían la pareja de centrales en el último derbi liguero que Atlético de Madrid y Real Madrid disputarían en el estadio Vicente Calderón. Una sorpresa para todos, menos para el equipo blanco. Sergio Ramos, que forzó y se machacó al máximo para poder estar en la cita, sabía que Zidane no le iba a dejar forzar, pese a su empeño. Por lo que el capitán tuvo que ejercer de capitán desde fuera del campo.

El brazalete lo llevaba Marcelo, pero Ramos arengó a sus compañeros desde la segunda fila de banquillos del Manzanares. Al camero se le vio sufrir como pocas veces lo había hecho. Más tiempo de pie que sentado, silbaba a sus compañero de la misma forma que lo hace cuando está en el centro de la zaga, sacaba al equipo de atrás y daba ánimos cuando el bloque lo necesitaba. Ramos se convirtió en una prolongación de Zidane y mostró sus dotes para dirigir al equipo.

Por ejemplo, en un momento en el Carvajal se acercó a la banda y Luis Llopis le dio indicaciones, Ramos aparece por detrás y le explica que movimientos debe de hacer. Celebró los goles con rabia con Zidane y Lucas, protestó al árbitro cuando los hombres de Diego Pablo Simeone se sobrepasaban en las entradas y así sufrió y apoyó hasta que el árbitro pitó el final. Y es que Sergio, aunque se lo pidió a Zidane, no pudo participar. El galo no quiso forzarle viendo el exigente calendario que tiene el Madrid por delante. Sergio Ramos dio una lección de capitanía.

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