Saúl vive una pesadilla

En los dos primeros amistosos, ante Numancia y Salzburgo perdió dos balones que le costaron goles a su equipo. Ayer ante el Wolfsburgo las redes sociales se llenaron de vídeos mostrando sus errores durante la primera parte. Saúl vive una pesadilla en el Atlético de Madrid. Está totalmente descentrado y a la espera de que le llame su agencia de representación para comunicarle la identidad de su nuevo equipo. Sabe que la llegada de De Paul le condena a un papel residual y cuenta los días para desbloquear una situación que está enquistada. No hay ofertas satisfactorias por él y el club ya empieza a plantearse la opción de una cesión con compra obligatoria. Eso sí, quien se lo lleve deberá hacerse cargo al completo de su salario, 7 millones de euros netos por año.

Saúl viene de dos temporadas horribles en las que su cotización se ha depreciado enormemente y ahora paga las consecuencias. El Barcelona le rechazó por las dudas que le ofrece su rendimiento y a pesar de que todavía disfruta de un buen cartel en Inglaterra lo cierto es que nadie ha llamado todavía a la puerta del Atlético para plantear una oferta razonable. Se habla del Manchester y del Liverpool, pero ni uno ni otro parecen dispuestos a pagar el mínimo de 50 millones de euros que pide Gil Marín por la carta de libertad del alicantino.

El problema de fondo, además, no son esos 50 millones, sino los 7 libres de impuestos que cobra el jugador, que en el balance de cuentas significan un coste cercano a los 14. Es mucho dinero y, además, significaría un agravio comparativo con respecto a otros futbolistas de la plantilla. El caso de Saúl supone ya un verdadero problema para el Atlético y para el propio centrocampista y la mayoría de voces autorizadas están convencidas de que no se desbloqueará -si es que se hace- hasta los últimos días de mercado.

La fórmula de una cesión con opción de compra es la que más cuerpo está adquiriendo en las últimas horas. Viene a ser algo parecido a lo que se hizo con Morata y la Juve y permite al club receptor del futbolista aplazar un año la amortización del fichaje lo que, en época de carestía económica, no es ni mucho menos una mala noticia. Eso sí, el salario se computa al 100×100, y eso significa un esfuerzo importante.

Pero mientras todo eso sucede, Saúl sigue inmerso en la dinámica de entrenamientos del Atlético y se le nota su situación. Ha sido titular en los tres amistosos y en todos ellos ha quedado marcado por sus malas actuaciones. Queda muy poco ya de aquel centrocampista al que en sus inicios se comparó nada menos que con Frank Lampard, pero lo que no se entiende en su regresión. Está en una edad perfecta para un profesional y ahora es cuando debería dar lo mejor de sí mismo por experiencia y por condiciones físicas. Sin embargo lleva dos años hacia atrás y no ve la luz al final del túnel.

Tanto Saúl como su entorno están seguros de que se trata sólo de una crisis pasajera y de que el futbolista remontará en cuanto haga un reset. La Premier podría ser para él un reinicio y a eso se agarra, pero parece lejano todavía el día en el que se anuncie su marcha del Atlético. Mientras tanto toca remar. Remar contra corriente.