Robert Moreno se gana al vestuario
Los pesos pesados del vestuario de la selección española están encantados con la forma de trabajar de Robert Moreno
Se ha ganado al vestuario gracias a su buen método y es el hombre llamado a conducir el barco de la selección rumbo a la Eurocopa 2020
Robert Moreno se ha ganado al vestuario de la selección española. El joven e inexperto entrenador tiene de su lado a los jugadores, sin duda lo más importante para alcanzar los éxitos. Las delicadas circunstancias que ha vivido el combinado nacional en los últimos meses y la forma de trabajar del entrenador han hecho que el grupo, encabezado por los pesos pesados y, especialmente, por un Sergio Ramos que no duda en alabarle en público, le arropen y le acepten como el hombre que está llamado a conducir el barco de la selección a la Eurocopa 2020, un reto que está a seis puntos de conseguirse.
La vida está llena de casualidades y hay veces que uno tiene que estar en el sitio y momento correcto para que la fortuna le sonría. Es lo que le ha ido pasando a Moreno durante toda su carrera hasta asumir el papel de seleccionador por una desgracia. Jamás le hubiese apetecido coger este cargo bajo estas circunstancias, pero Luis Enrique tomó la decisión de dejar su puesto y la Federación, lejos de buscar fuera, vio en su figura al hombre perfecto para continuar con un proyecto que comenzó tras el Mundial de Rusia. Un desconocido que a los 13 años ya tenía claro que quería ser entrenador, justo cuando se empezó a dar cuenta que su calidad jugando al deporte rey no le iba a dar para ser un crack. “Cuando me federé vi que no tenía nivel y eso me ayudó a querer ser entrenador porque pensé que si hubiera tenido alguno de más nivel hubiera sido mejor futbolista”, explicó en una entrevista para la Federación.
Los que le conocen coinciden en una idea: «Es un loco del fútbol, vive para este deporte». Esta locura, que compaginó en un primer momento con su trabajo en La Caixa, le llevó al Barça B cuando Luis Enrique cogió las riendas del filial azulgrana. «Me llamó, hablamos 25 minutos y me dijo que no necesitaba conocerme en persona», cuenta Moreno de su conversación con su amigo y maestro. En un primer momento era el scouting, aunque poco a poco fue ganando peso en el equipo técnico de un entrenador al que acompañó en Barcelona, Roma y Vigo. Y al que volverá a acompañar cuando el asturiano se sienta preparado.
Cuando Luis Enrique decidió tomarse un año sabático, Robert se quedó como segundo de Unzué en el Celta, hasta que fue repescado para asumir el mismo papel en la selección española. En Las Rozas pocos le conocían, sólo los que habían coincidido con él en el Barça, pero el resto del equipo no tardó en descubrir a un trabajador nato, amante de las tecnologías y con una visión muy amplia del fútbol.
El desconocido pronto se ganó a un vestuario que ahora le ha hecho uno de los suyos. «Creo que Robert Moreno se encuentra cómodo y nosotros estamos encantados con él. Conoce muy bien los códigos del vestuario y del fútbol. Nos puede ayudar mucho a jugar bien», aseguraba Sergio Ramos, uno con los que más ha congeniado, tras la victoria frente a las Islas Feroe. El seleccionador forma parte de ese grupo de entrenadores que demuestran que no hace falta haber jugado para entender cómo funciona una caseta.
Con personalidad
Robert Moreno ha demostrado en este tiempo que tiene personalidad. Que no se va a casar con nadie. Ni siquiera con el capitán, al que ha procesado una gran admiración en repetidas ocasiones. Pero él, que ha aprendido de Luis Enrique, quiere que todos sepan que pueden jugar y, por supuesto, dejar de ir con la selección.
Una de las decisiones que más sorprendió fue la de sentar a David de Gea. Lo hizo ante Islas Feroe y Suecia en el mes de junio, cuando Luis Enrique todavía era el primer entrenador, y lo repitió frente a Rumanía, demostrando que Kepa es, en estos momentos, el titular. Pero si el del Chelsea falla, el del United volverá a ser el meta principal y viceversa. Así lo entiende un Robert Moreno que tras ganar en El Molinón dejó el siguiente mensaje en rueda de prensa: «No hay ningún titular indiscutible. Si Sergio Ramos baja el nivel no jugará como titular. Tampoco es un titular indiscutible. Se lo he dicho a él y se lo he dicho a todos». El que avisa no es traidor.