El remiendo casero de McLaren para refrigerar el MCL33
La existencia más desdichada en la vida reciente de McLaren es una losa en extremo pesada para extirpar en días. El tumor japonés se extendió con rapidez por cada apéndice de los monoplazas pretéritos. El cambio a Renault fue el primer tratamiento para sanear una escudería rota en resultados de descenso. Sonrisas, esperanza, confianza… y algún recuerdo pasado. Mejor en los test que en Australia.
Los problemas sufridos por Stoffel Vandoorne el día 2 de los test en los escapes dejó la imagen más repetida con Honda: coche desmontado, ocultado en pequeñas mentiras, o verdades a medias de los británicos. Aquello fue una secuencia de Escenas de Matrimonio: al final el pastel salía a la luz. El piloto lo desveló todo más tarde… y en McLaren ya tienen la solución.
El problema padecido era en el anclaje del escape. Se soltó, soplando constantemente aire caliente sobre el cableado del MCL33. La chamusquina generada en el exiguo espacio que reservan para el motor hacía complicado su refrigeración y afectando al brake by wire. ¿La solución? Dos pequeña ranuras gemelas junto al capó.
Los mecánicos han improvisado este remiendo casero hasta que en fábrica puedan desarrollar una mejor solución. Hasta el momento y, fruto también de las condiciones adversas, en McLaren todavía no han podido hacer más allá de tandas cortas en los test. Preocupante es que, con tan sólo unas vueltas, ya aparezcan marcas de quemazón en la tapa motor. En el último día de test se vio como los mecánicos enfriaban la zona de los escapes cada vez que el MCL33 regresaba a boxes. Esperando noticias de Woking…