Los peores pilotos de pago de la Fórmula 1 moderna
Comprar un asiento es una práctica habitual en Fórmula 1 y los pilotos de pago han aumentado en estos últimos años
Pagar por un asiento es casi tan antiguo como la propia competición
Con la escalada de costes que vivió la Fórmula 1 al entrar en juego los complejos motores híbridos durante la temporada 2014, los pilotos de pago se hicieron más necesarios que nunca, especialmente para los equipos pequeños. Pero no, estos no han sido cosa de ahora. Siempre han existido, y en algunos casos acompañados de una falta de calidad al volante bastante evidente. Vamos a repasar los casos más llamativos de los últimos años y, sobre todo, uno que se dio hace algo de más tiempo y que, de tan lamentable que fue, resulta hasta simpático.
Sergey Sirotkin
El equipo Williams, aunque no lo parezca hoy en día, sigue siendo el tercero más laureado de todos los tiempos en la Fórmula 1. Poco queda, eso sí, del dominio que ejercían en los años 90. Hoy son una mera comparsa que pone en liza un monoplaza muy poco competitivo que pilotan dos individuos que están en el Gran Circo por la chequera que les acompaña. Uno de ellos es Sergey Sirotkin, que no ha sido capaz de puntuar siquiera en las diez carreras que ha disputado, siendo un habitual del farolillo rojo de la parrilla. Y mientras, Robert Kubica mirando desde el muro.
Lance Stroll
Lance Stroll ha debutó en Fórmula 1 el año pasado, dejando muchas más sombras que luces al volante del Williams. Su podio en Bakú 2017 fue más producto de la casualidad que otra cosa. Eso sí, su padre tiene el dinero por castigo y al chico le hace ilusión esto de codearse con los mejores pilotos del mundo. Al menos, el canadiense puede presumir de haber ganado la Fórmula 3 europea de camino al Gran Circo. Pero no, no cuela. Su ritmo es muy similar al de Sirotkin y el año pasado una medianía semi retirada como Felipe Massa le ganó claramente. Otro de esos pilotos de pago claramente prescindibles.
Pastor Maldonado
El caso de Pastor Maldonado es curioso. El venezolano tenía días en los que era realmente rápido, de hecho llegó a ganar una carrera peleando de tú a tú con Fernando Alonso. Fue el Gran Premio de España de 2012 al volante de un Williams -la última victoria del equipo-, pero no era esa su imagen habitual. Con un imán para los accidentes, las facturas a pagar primero en el equipo británico y luego en Lotus hicieron que ni siquiera los 40 millones de euros por temporada que ponía su patrocinador fueran suficientes.
Marcus Ericsson
El caso del sueco es uno de esos que quemarán a los pilotos de categorías inferiores que estén despuntando. Con apenas una victoria en GP2 y un título menor en sus primeros años de monoplazas, Ericsson llega a la Fórmula 1 de la mano de Caterham en 2014. Obviamente no despunta por las limitaciones de su monoplaza, algo que trata de paliar comprándose un asiento en Sauber en 2015. Desde entonces ha permanecido en el equipo suizo viendo pasar uno tras otro compañeros que le superaban. Tan solo pudo equipararse a Felipe Nasr, otro de esos pilotos que solamente podían presumir de cartera. Otros más serios como Pascal Wehrlein y, sobre todo, Charles Leclerc, están mostrando al mundo su verdadera medida.
Taki Inoue
Hay que remontarse a los años 90 para hablar de uno de los pilotos de pago más cómicos que ha visto la Fórmula 1. Debutó en el GP de Japón de 1994 de la mano del modesto equipo Simtek, que ese mismo año había perdido a Roland Ratzenberger en Imola un día antes del fallecimiento de Ayrton Senna. En su primera sesión de clasificación, su compañero de equipo le sacó 3,4 segundos, una distancia que hoy en día a veces no hay ni entre la ‘pole position’ y el farolillo rojo. Esa carrera acabó en accidente, chocando contra el Benetton de Johnny Herbert y el Tyrrel de su compatriota Ukyo Katayama.
Ante tal despliegue de facultades, Arrows le vende su asiento para 1995, año en el que protagoniza la imagen de las imágenes. Fue en Hungría, una carrera que tuvo que abandonar por la rotura de su motor. Cuando trataba de apagar el fuego que se había iniciado en su coche, llegó el coche de seguridad y ¡le atropelló! Se rompió una pierna, lo que no le impidió estar en la siguiente carrera. Eso sí, el apoyo de su patrocinador duró poco y se tuvo que ir a casa… afortunadamente. ¡Ah! Y aprovechando el personaje creado, se atrevió hasta a grabar una película contando su ‘buen hacer’ en la clase reina del automovilismo.