La pantera se come a los leones (2-0)
El Atlético de Madrid se llevó la victoria frente al Athletic en un partido en el que los del Cholo Simeone fueron superiores. El primer gol tardó en llegar pero Kevin Gameiro abrió la lata y Diego Costa sentenció, lo que permite a los rojiblancos seguir la senda del Barcelona, líder del campeonato, y mantener la distancia de siete puntos que le saca el cuadro azulgrana.
El Coliseo del que habló en su inauguración Simeone se convirtió en un Anfiteatro en el que los gladiadores del Cholo saltaron al terreno de juego para medirse a los leones. Con el regreso de Jan Oblak tras perderse el partido intersemanal, el técnico argentino salió con un once parecido al de la exhibición en tierras vikingas ante el Copenhague. Vrsaljko, Giménez, Lucas y Filipe formaron la línea defensiva. El bonaerense repitió en la medular: Thomas, Saúl, Koke y Correa, que guardaban las espaldas a la dupla de moda: Diego Costa y Antoine Griezmann.
Hasta la bandera estaba el Metropolitano para reeditar el último encuentro oficial del Atlético que se disputó en el añorado Vicente Calderón. Los colchoneros salieron desde el principio con la idea clara de domar a la fiera bilbaína que no pudo contar con sus dos mejores ejemplares por sanción. Aritz Aduriz y Raúl García – viejo conocido de la afición rojiblanca – no pudieron estar en la capital de España y de eso se querían aprovechar los del Cholo Simeone.
Rugía el feudo rojiblanco apoyando a los suyos, que estaban respondiendo sobre el verde. La lucha de los Lucas, Saúl y Diego Costa animaba a un público que reclamó unánimemente una pena máxima cometida sobre el killer de Lagarto que González González no señaló. Una indignación total por parte de la hinchada, que continúa viendo como a su equipo no le señalan ningún penalti a favor y al Barcelona, a quien siguen de cerca en la clasificación, ninguno en contra.
Godín y Lucas, impenetrables
Un choque entre Williams y Lucas dejó a ambos futbolistas tocados, enfriando un poco el partido y haciendo que los del Cholo bajasen un pistón en cuanto a presión. El dominio del Atlético no terminaba de traducirse en gol. Internadas por la banda derecha, por donde hicieron mucho daño a Saborit, pero que con los centros no encontraban a ningún rematador. El aviso más serio del primer acto – lo dio Giménez al rematar una falta que se perdió por línea de fondo.
Ambos zagueros cumplieron a las mil maravillas. En nada se notaba la ausencia de Godín o Savic. Lucas continúa con su crecimiento imparable, a la vez que deja patente su mejoría con el balón en los pies, demostrándolo en una arrancada desde la frontal de su área hasta zona de tres cuartos del Athletic. El galo era un muro, como también lo era Giménez. El central uruguayo hizo gala de coraje y casta, tanto en balones aéreos en ataque como en rechazar con su cuerpo varios disparos de los vascos.
El choque con Williams había dejado tocado a Lucas Hernández, que se quedó en los vestuarios tras el descanso. Diego Godín entró en su lugar y, pese a la sustitución, el guión no cambió. A los 50 minutos avisó Diego Costa con una volea escorada que detuvo Kepa Arrizabalaga para impedir el zarpazo de la pantera.
El Cholo, a por todas
Con más de media hora por delante, el Cholo Simeone decidió seguir moviendo fichas. Kevin Gameiro entró para reemplazar a Koke, un claro ejemplo de intenciones por parte del técnico argentino. Cuatro delanteros sobre el campo, que no tardó mucho en intentar romper las tablas que señalaban el luminoso. Un disparo desde la frontal de Correa se topó con el arquero del Athletic, que no quería ponérselo fácil al Atlético de Madrid. Y poco tiempo después le tocaba probar fortuna a Griezmann desde la misma posición, pero su chut se perdió por encima del travesaño.
Pero a la tercera iba la vencida, no sin antes sufrir y que a todos los colchoneros se le pusiera el corazón en un puño. Jan Oblak se vistió de Maradona para dejar atrás a Williams y Susaeta con dos quiebros que dejaron al Metropolitano con un silencio sepulcral. En la jugada siguiente, Diego Costa reclamaba una falta y los jugadores del Athletic se quedaron quietos, donde apareció Saúl para ser el más listo de la clase y robar el balón. La bola llega a Griezmann, que con el rabillo del ojo ve a Gameiro desmarcado y el francés cruza el cuero para ponerlo en el fondo de la red.
Con la ventaja en el marcador, el Cholo decidió retirar del campo a Correa para meter fuerza en el centro del campo. Gabi, que recibió en el inicio del encuentro un precioso homenaje por parte de su afición – con mosaico incluido -, entró para ocupar el lugar del delantero argentino, que en el primer acto vio la cartulina amarilla y no podrá estar en la próxima jornada frente al Sevilla.
La pantera tumba al león
Con 20 minutos por disputarse, el Atlético se enfrentaba a lo mejor que sabe hacer: defender el 1-0. En ese tiempo llegó la reconciliación de Antoine Griezmann con la grada del Metropolitano después del incidente frente al Valencia. El francés se disponía a sacar un córner cuando se llevó una calurosa ovación del respetable. Un saque de esquina que puso en la cabeza de Godín para que el uruguayo dejase claro que nunca ha tenido miedo a nada al entrar a rematar con todo, pese a que el esférico se marchó por encima del larguero.
El remate de Godín era un aviso de que los rojiblancos querían amarrar la victoria. Porque en la siguiente jugada no iban a tener compasión. Una asistencia en profundidad a Diego Costa deja solo al hispanobrasileño, que soltó un zarpazo de pantera para tumbar al rugido del león con un gol que batió a Kepa por el palo corto y desató la locura en un Metropolitano que ahora más que nunca cree en que hay Liga.