Final Four: Fenerbahce 73 - Anadolu Efes 92

Larkin y Micic someten al Fenerbahce y hacen historia con Efes

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Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Shane Larkin demostró en la Final Four de la Euroliga que quizá su sitio sea la NBA. El base norteamericano arrodilló al todopoderoso Fenerbahce en las semifinales del torneo derrumbando la puerta con una portentosa actuación de 30 puntos. A su impresionante despliegue se unió un Vasilije Micic –23 puntos– que va a tener más novias este verano que David Beckham en sus años mozos.

El Anadolu Efes, que nunca ha jugado por el título de la Euroliga en su historia y que tiene como máximo triunfo una Copa Korac en 1996, disputará el domingo una final ante el ganador del duelo entre Real Madrid y CSKA de Moscú.

El partido comenzó con los de Anadolu impidiendo que Obradovic tejiese su tela de araña con un tempo de partido lento. Los triples de Larkin –dos consecutivos en un minuto– hicieron que el técnico perdiese la paciencia con los suyos, que sólo se apoyaban en un segundo espada como Green para mantener el marcador.

En el segundo periodo, el Fenerbahce sacó a toda su artillería para intentar darle la vuelta al sino del encuentro. Obradovic forzaba a Vesely, levantaba el castigo a Kalinic y daba todos los galones a Sloukas. Lo que no sabía el serbio es que los suyos iban a empezar a perder balones, al tiempo que sus rivales tiraban de tres puntos por encima del 40% marchándose con cinco de ventaja al descanso.

Larkin ‘on fire’

El receso no cambió la actitud de un Fenerbahce lejos de su mejor versión. Los amarillos tenían que cambiar o iban a ser arrollados por el huracán Larkin. Ese ciclón llegó en este periodo firmando 11 puntos casi sin fallo al tiempo que todos ellos eran únicamente capaces de anotar 17 tantos. La ventaja se disparó hasta los 11 puntos al término del periodo y no hubo vuelta atrás.

Por mucho que la numerosa afición del Fenerbahce apretase desde la grada, Micic y Larkin tenían respuesta cada vez que su equipo encallaba mínimamente. Hasta Obradovic –de tez rojiza desde el primer cuarto– daba por perdido el encuentro a varios minutos del final viendo que sus jugadores eran incapaces de parar el perímetro de sus vecinos y de anotar. Cuatro puntos en los siete primeros minutos del último cuarto daban testimonio de que los amarillos se habían encontrado con la horma de su zapato.

El Efes hizo un partido que sólo puede ser catalogado como brillante mostrando que con dos bases como Micic y Larkin no hace falta tener grandes jugadores en la pintura. En este caso, el talento puro les clasificó para el partido más importante de la historia del club.

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