La huída hacia adelante de Paco Díez
Paco Díez sigue atornillado a su silla de presidente de la Federación de Fútbol de Madrid. El mandatario fue inhabilitado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) de su cargo durante dos meses el pasado de 13 de octubre. Pues bien, el presidente ha ignorado sistemáticamente ese dictamen al dejarse ver en varios actos de la FFM como ha quedado reflejado en la web federativa y en las redes sociales.
Es el último escándalo de un dirigente, imputado en 2019 por apropiación indebida de fondos de la Federación, que representa a la perfección un caso de agarrarse a la silla hasta las últimas consecuencias. Diez ha esquivado por los pelos diversas mociones de censura durante su mandato alegando defectos de forma y demás excusas, fue expedientado por su propia Federación y ahora se niega a convocar unas elecciones que, como tarde, deberían tener lugar este mes.
El presidente de la madrileña ha aprovechado la situación de pandemia para intentar hacerse el loco en esta convocatoria alegando que la suspensión de plazos administrativos le han impedido convocar la visita a las urnas. Sin embargo, la Orden 48/2012, de 17 de enero, del Vicepresidente, Consejero de Cultura y Deporte y Portavoz del Gobierno de Comunidad de Madrid es clara al respecto. «La duración máxima del mandato del Presidente y su Junta Directiva es de cuatro años», enunciaron en una misiva que llegó a todas las Federaciones Deportivas regionales de Madrid, que sí han hecho elecciones sin excepción.
Paco Díez también ha sido denunciado ante la Dirección General de Deportes de la Comunidad de Madrid por estos acontecimientos y se enfrenta a que el TAD prolongue su inhabilitación –que termina el 13 de diciembre– para impedir que se presente a las próximas elecciones. No haber acatado la suspensión del Tribunal Administrativo del Deporte le puede llevar a otra sanción de inhabilitación que podría prolongarse de un año a una de por vida.
Tras un comportamiento «dictatorial» y «caciquista», como han calificado algunos miembros de la Asamblea de la FFM, Díez está poniendo punto y final a una era convulsa en el fútbol madrileño. El presidente ha estado salpicado por múltiples escándalos en su Junta Directiva, donde hasta una decena de miembros han dimitido durante estos cuatro años de cargo.
Comportamientos reprochables
En la era Díez, se estableció que los directivos de la madrileña cobrasen por montar reuniones y el presidente se embolsó 46.153 euros por el periodo de 2017. La aprobación de ese salario, sin embargo, se produjo el 24 de octubre de ese mismo año y el mandatario consideró que todas las reuniones que tenía anotadas de ese año las debía cobrar llegando a apuntarse hasta 307. Por supuesto se formó un escándalo tremendo y el asunto está judicializado por apropiación indebida de fondos. Resulta curioso que en su época de candidato dijo que jamás cobraría de la FFM.
El final del camino parece haber llegado para un Paco Díez que ha actuado como el Llanero Solitario intentando alargar lo máximo posible su mandato. El dirigente se ha quedado aislado del resto de Federaciones territoriales y de una Federación Española de Fútbol que ha terminado muy decepcionada con su gestión.