Griezmann irá al Atlético aunque no se haga el trueque con Saúl
El acuerdo del Atlético de Madrid con Griezmann es total y no está supeditado al trueque con Saúl
El Barça tiene dudas con el centrocampista alicantino, que podría acabar en el Liverpool por 40 millones
Griezmann prefiere volver al Atlético
Griezmann será rojiblanco esta próxima temporada. Sí o sí. Con independencia de que la operación se escenifique a través de un trueque con Saúl o se busquen otras fórmulas el regreso del francés al Metropolitano es un hecho. Sobre todo porque todas las partes están de acuerdo: el Barça no puede asumir el salario del francés, Laporta ha dado luz verde para que sea el sacrificado para poder pagar a Messi, Simeone está encantado con la idea de volver a tener al jugador a sus órdenes y, sobre todo, el propio Griezmann no quiere jugar en otro equipo que no sea el Atlético de Madrid. Blanco y en botella.
Durante la jornada del pasado miércoles se dieron varias conversaciones entre el Barcelona y el Atlético de Madrid. El trueque con Saúl está sobre la mesa, pero en el Camp Nou tienen dudas sobre el centrocampista alicantino tras sus dos últimas temporadas. «Lo ideal sería poder vender a Griezmann al Atlético», afirmó una fuente de alto rango del Barcelona a OKDIARIO. Para que eso sea posible es imprescindible que Saúl se vaya traspasado, y el Liverpool parece el equipo más dispuesto a plantear una oferta seria por él que pasaría por un traspaso valorado en 40 millones de euros al que se añadirían varios bonus en función de objetivos que podría elevar el beneficio total a unos 50 millones, que es la cantidad mínima que el Atlético se marca para dar luz verde a la venta de uno de los emblemas de su cantera.
No está descartado el trueque
¿Quiere eso decir que el trueque está descartado? En absoluto, porque en esta operación está dividido el alto mando del Barcelona. El entrenador ha pedido un centrocampista polivalente y Saúl cumple esas condiciones. Además su salario, siendo alto -siete millones anuales libres de impuestos-, es asumible para la tesorería azulgrana porque significaría liberarse de una carga de bastante más del doble de esa cantidad. Además, podría disfrazarse la operación como un traspaso, realizando una operación de ingeniería financiera similar a la que se hizo el verano pasando con Pjanic, tratando además de comenzar a amortizarlo a partir de la siguiente temporada.
¿Y qué pasa si no hay trueque? Pues que hay que buscar otra fórmula, pero las dos partes están llamadas a entenderse porque lo que imperiosamente necesita el Barcelona es liberarse del salario de Griezmann. Ahí entran diferentes posibilidades: desde un traspaso al Atlético hasta una cesión con opción de compra obligatoria al objeto también de evitar que el primer plazo de amortización del fichaje impute sobre el límite salarial de esta temporada. Sea como sea habrá acuerdo porque Griezmann no va a admitir ir a otro club y ahí el Barça tendrá que dar su brazo a torcer. La pareja Luis Suárez-Griezmann está servida en el Metropolitano a partir del 15 de agosto, cuando comience la nueva temporada.
No se descarta la salida de Joao Félix
Y luego quedará, claro, la segunda parte: encajar al francés en el límite salarial rojiblanco, lo que obligará al club a efectuar algún sacrificio doloroso más allá de la venta de Saúl. ¿Joao Félix? no es descartable que salga el portugués, que con la llegada de Griezmann tiene prácticamente imposible ser titular. El problema es que acaba de ser operado y es una quimera pensar que algún club pueda pagar por él los 126 millones de euros que costó tras dos años en los que lo único que ha hecho es devaluarse.
Finalmente faltará explicarle a la afición el regreso de un jugador al que la hinchada rojiblanca considera poco menos que un traidor. Ese quizás sea el punto más complicado de una ecuación a tres bandas a la que le quedan pocas interrogantes por ser despejadas. Griezmann deberá volver a ganarse el favor de una grada que le recibirá de uñas, pero esa ya es otra historia. Lo primero ahora es acabar de cerrar los flecos de una de las macrooperaciones más complejas de este verano futbolístico, la que llevará de vuelta a los brazos de Simeone a uno de sus jugadores predilectos.