La gran evolución del motor Honda de Alonso podría llegar en Mónaco
La temporada 2017 era la que estaba marcada tanto por McLaren Honda como por Fernando Alonso para lanzarse por fin a los puestos de cabeza de la Fórmula 1. Sin embargo, la realidad es bien diferente. El concepto japonés fracasó estrepitosamente en los dos primeros años del proyecto, con lo que se decidió inaugurar una nueva hoja de ruta en busca de la gloria que, al contrario de lo esperado, ha resultado ser un fiasco de dimensiones planetarias.
El nuevo motor Honda no solo no corre, sino que además gasta mucho más combustible que el de sus rivales. Alonso cifraba en una entrevista el pasado fin de semana en Melbourne en 30 o 40 km/h el déficit de velocidad de su McLaren a mitad de recta, cifra que descendía hasta los 10 km/h al final de las mismas, algo que llega fruto de descargar el ala del coche, lo que deriva en una falta de sustentación en las curvas. Hablando claro, el motor Honda provoca que el McLaren MCL32 no sea rápido en ningún punto del circuito. A esto hemos de sumarle un consumo de gasolina exagerado, lo que obliga a los pilotos en carrera a conducir de una forma ultradefensiva que les coloca a merced de sus rivales.
¿Cuál es la solución? Complicada, muy complicada. Tal es la distancia que separa a Honda del resto que se necesitaría un milagro para que esta temporada veamos a los monoplazas negros y naranjas hacer algo más que arrastrarse por los circuitos. Al menos, en 2017 no existe el sistema de ‘tokens’ del pasado, con lo que la libre evolución de la unidad de potencia podría dar aún alguna sorpresa positiva.
El plan de Honda es presentar su primera gran evolución del motor en el Gran Premio de Mónaco, con opción de adelantarla al de España si todo va bien. Estamos hablando, como pronto, de mediados de mayo. Ya nadie piensa en cotas altas, sino en no hacer el ridículo. Los japoneses, con Yusuke Hasegawa a la cabeza, aseguran saber dónde han de tocar para mejorar pero, ¿alguien les cree a estas alturas?