Baloncesto: NBA

Entrenador, presidente y uno de los más ricos de su país, la increíble vida de Luol Deng

Luol Deng
Luol Deng, en un encuentro con la prensa en su época con los Lakers. (Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Luol Deng se ha convertido en un icono del país más joven del mundo. Sudán del Sur fue declarado independiente en 2011 y el baloncestista retirado en 2019 ha conseguido una posición de poder envidiable. Ganó las elecciones a la presidencia de la Federación de Baloncesto de su país por unanimidad y esta pasada semana se volvió a calzar las zapatillas, aunque no para volver de su retiro como baloncestista.

El dos veces All-Star ha dirigido desde el banquillo a la selección de Sudan del Sur en los partidos clasificatorios para el AfroBasket 2021 e incluso consiguió dos victorias en tres partidos reafirmándose como el entrenador del equipo para los próximos compromisos. Deng estuvo en el banquillo acompañado por su hermano, el también ex jugador, Ajou quien tuvo una discreta carrera en el baloncesto europeo.

Hay que recordar que Deng no puede volver a pisar una cancha de baloncesto virtud a un acuerdo que tiene con los Lakers para que le paguen lo que le adeudan de su contrato. Básicamente, el alero firmó con ellos por 72 millones de dólares en 2016 y todavía le deben de pagar cinco millones anuales hasta 2022.

Deng ha vivido una lustrosa carrera en la NBA, donde fue dos veces All-Star y defendió los colores de franquicias como los Chicago Bulls, Los Angeles Lakers o Miami Heat. El jugador se ha embolsado a lo largo de su carrera sólo en contratos 160 millones de dólares convirtiéndose en una de las personas más ricas de Sudán del Sur, país del que escapó siendo un niño.

Un hombre con varias vidas vividas

Su padre, Aldo, parlamentario de Sudán durante dos décadas, detectó el clima complejo que se estaba desarrollando en el país y decidió sacar a sus hijos a Egipto justo con el estallido de la Segunda Guerra Civil en el país. Allí conocieron a Manute Bol y los niños empezaron a jugar al baloncesto gracias al legendario pívot de 2,29 metros, también de la tribu dinka.

La familia Deng, amenazados por todas partes en África, lograron asilo político en Brighton, una ciudad turística al sur de Inglaterra. Allí Luol se convirtió en uno de los mejores jugadores deportistas juveniles de todo el país siendo internacional sub-16 tanto de fútbol como de baloncesto. Sus 2,06 metros imponían a unos rivales que incluso llegar a dudar de su edad.

Deng podría haber sido lo que le diera la gana y finalmente se decantó por el baloncesto cuando unos ojeadores le recomendaron que viajase a Nueva Jersey para integrar la Academia Blair. Allí coincidió con otras futuras estrellas de NBA no decepcionando en su evolución y fichando por la Universidad de Duke cuando fue mayor de edad. Tras una exitosa carrera en la NBA, habiendo representado a Gran Bretaña en los Juegos de Londres en 2012, Deng ha decidido volver a su país para cambiar las cosas.

Defensor de la igualdad de derechos sociales, quiere potenciar el cambio en una de las naciones más pobres de todo África. Deng no ha ocultado su deseo de continuar la carrera que inició su padre Aldo en la década de los 60, aunque va con pies de plomo. El país, bajo el dominio del presidente y general Salva Kiir Mayardit, exige reformas urgentes para acabar con la pobreza. El baloncestista se ha propuesto cambiar a la sociedad a través del deporte.

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