El líder es un mar de dudas
El Atlético gana con un gol de rebote y el Elche falla un penalty en el último minuto
Los de Simeone arrollaron en la primera parte y cayeron en picado en la segunda, con Joao de nuevo intrascendente
El Atlético llegará líder al Camp Nou. Era el primer y único mandamiento con el que afrontaba su partido en el Martínez Valero y lo cumplió a rajatabla en un partido que planteó como si fuera una final, pero en el que de nuevo fue incapaz de resolver las dudas que le persiguen en toda la segunda vuelta. El equipo se apoyó en la capacidad de desequilibrio de Carrasco para resolver un resultado que pudo haber sido más claro de no ser por las intervenciones del VAR, que le anuló dos goles a Luis Suárez y obligó al árbitro a dar marcha atrás a un penalty señalado en el último minuto de la primera parte. Marcos Llorente volvió a ser decisivo marcando su duodécimo gol de la temporada, aunque favorecido por un rebote afortunado, pero la jugada clave de la tarde llegó en el minuto 90 cuando el Elche dispuso de un penalty para empatar que Fidel estrelló en el poste.
Escarmentado por lo sucedido en San Mamés, el Atlético pisó el césped con el cuchillo entre los dientes dispuesto a tomar la iniciativa desde que el balón se pusiera en movimiento. Con el francés Kondgobia como único medio centro, el equipo metió al Elche atrás y se arriesgó a ser presa de algún contragolpe consciente de que hoy era el día indicado para apostar fuerte. Tras más de dos meses sin poder ganar fuera de casa había que cambiar la dinámica sí o sí porque todo lo que no fuera sumar de tres significaba directamente renunciar a pelear por el título de Liga.
Simeone concentró arriba a tanto talento que pronto se hizo evidente que iba a ser una tarde comprometida para el argentino Gazzaniga, sorprendente sustituto de Edgar Badía. El antiguo portero del Rayo empezó a ver camisetas azules por todas partes, pero al que sintió más de cerca fue a Luis Suárez. A los 12 minutos el uruguayo recibió un pase de Correa en el área en una posición en la que es infalible, pero sorprendentemente no acertó portería demostrando que también es de carne y hueso. Lucho se lamentó con efusión mientras en el banquillo el Cholo empezaba a ver desfilar a los fantasmas del pasado reciente.
Con Lemar y Llorente percutiendo por las bandas, con Carrasco y Correa en la media punta y Luis Suárez intimidando arriba, el Atlético parecía cada vez más cerca de su objetivo. A los 15 minutos Savic salió con solvencia desde atrás y habilitó a Llorente, cuyo pase remató a gol a portería vacía Luis Suárez. Melero corrió al centro del campo dando validez a la acción, pero en la Sala VOR González González trazó una línea milimétrica en el último pase y obligó al árbitro a dar marcha atrás. A Simeone no dejaban de aparecérsele espíritus malignos.
Manda el Atlético
Con una ocasión muy clara fallada y un gol anulado en los primeros 15 minutos el Atlético pudo haber perdido la fe, pero lo que había en juego era demasiado importante para levantar anclas tan pronto. A los 23 minutos Carrasco abandonó la media punta para volver a la banda y desde allí dejó en evidencia al colombiano Palacios, que no pudo hacer nada para frenar el cambio de ritmo del belga. Llorente, de visita por el área pequeña, recogió el pase de su compañero y disparó a puerta con fuerza pero sin precisión. Por fortuna en el camino se cruzó el cuerpo de Dani Calvo, que desvió el balón a un lugar al que Gazzaniga sólo podía llegar con la mirada.
El 0-1 apaciguó el hambre rojiblanca, pero no la aplacó por completo. Mantuvo al Elche a raya, muy lejos de Oblak, y siguió percutiendo en campo adversario en busca de un gol que evitara problemas. A los 44 minutos, con el tiempo casi cumplido, un disparo en el área de Correa golpeó en el codo de Diego González. Melero no lo dudó y señaló el punto de penalty, pero de nuevo intervino el VAR para reclamarle que, por lo menos, acudiera al monitor a revisar la jugada. Así lo hizo el árbitro, que cambió de opinión ante el estupor de Simeone, que no daba crédito a lo que estaba viendo.
Escribá recibió a sus jugadores en el vestuario consciente de que o hacía algo o era sólo cuestión de tiempo que se quedara fuera del partido. Palacios y Morente abandonaron el campo y se incorporaron al equipo Barragán y Piatti con el objeto el primero de frenar al omnipresente Carrasco y el segundo de darle algún apoyo a Boyé, totalmente aislado en la delantera del Elche. Simeone no tocó nada de salida, pero no tardó en hacer su primer movimiento. A los 55 minutos apareció por fin el portugués Joao Felix para reemplazar a un Lemar poco participativo.
Lejos de ser decisivo, el menino volvió a ser un alma en pena que pasó totalmente desapercibido, lo que derivó en una menor presencia del Atlético en campo rival. Simeone se dio cuenta y buscó refuerzo en el medio centro dando entrada a Koke en sustitución de Correa, aunque al argentino le dio tiempo antes de irse de servirle un pase magistral a Luis Suárez para que éste marcara un gol que de nuevo volvió a ser anulado, ahora por un fuera de juego muy claro del uruguayo.
La tuvo el Elche
Con Koke y Kongodbia en el medio centro, Llorente se desplazó a la banda derecha, Carrasco se aposentó en la izquierda y Joao quedó un par de metros por detrás de Luis Suárez. Un movimiento lógico para equilibrar el equipo y prepararse para una recta final en la que de lo que se trataba era de protegerse al máximo para conservar un resultado que era oro puro. Precisamente por eso en los últimos 10 minutos se incorporaron al partido Felipe y Saúl en sustitución de un tocado Giménez y un agotado Luis Suárez.
La jornada previa al Camp Nou acabó con sobresaltos en el área rojiblanca, primero a los 85 minutos cuando Oblak dudó en un saque de esquina y el rebote le cayó al lateral Barragán, que con todo a favor disparó por encima del travesaño, y al borde del minuto 90 cuando el árbitro se inventó una falta fuera del área por mano inexistente de Trippier que acabó en un penalty claro de Marcos Llorente que le dio al Elche la oportunidad de empatar un partido en el que no había ni disparo a puerta. Sin embargo Fidel ajustó demasiado su disparo y lo estrelló en el poste para alegría rojiblanca y desesperación de sus rivales.