Los médicos del PSG pusieron en duda la intervención en el pie

El conflicto entre Neymar y el PSG comenzó tras su operación en 2018

Neymar y el PSG han llegado a una ruptura en sus relaciones y el motivo sería la primera lesión del jugador en 2018, que en opinión del cuadro parisino habría sido realizada de manera errónea por parte del médico de la selección brasileña, de confianza para Neymar y su entorno.

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Neymar, en un partido con el PSG. (AFP)

La relación entre Neymar y el PSG se ha enfriado de forma absoluta en los últimos tiempos, pero los conflictos entre jugador y entidad vienen de lejos en la relación que les une desde que los franceses acometieran una millonaria operación para fichar al entonces futbolista del Barcelona a cambio de 222 millones de euros.

Según informa L’Equipe, las discrepancias entre ambas partes comenzaron a raíz de la primera operación de Neymar para solucionar su lesión en el quinto metatarsiano, en 2018. El atacante fue operado por el doctor de la selección en el mes de marzo del mencionado año. Rodrigo Lasmar colocó entonces «un tornillo asociado a un injerto ósea al nivel de la lesión del quinto metatarsiano derecho» tal y como informaron conjuntamente la federación brasileña y PSG.

Sin embargo, la recaída de Neymar este 23 de enero provocó un conflicto entre el cuerpo médico del PSG y el jugador, respaldado por su entorno. Los especialistas del PSG buscaban una operación que arreglara la zona dañada hasta en dos ocasiones, pero el futbolista prefería otro tratamiento, en pos de poder jugar la Copa América.

En el PSG también deslizaron que la operación realizada en 2018 por el doctor Lasmar no se realizó correctamente, ya que el tornillo puesto para solidificar el pie sería más pequeño de lo que debía ser y que por ello había recaído Neymar de la lesión. El padre de Neymar habría defendido al médico de la selección, lo que le llevó a enfrentarse al PSG.

El estado físico de Neymar es una de las dudas latentes a la hora de considerar su futuro en el mercado. El PSG pagó 222 millones de euros por hacerse con sus servicios, pero la intención del jugador de abandonar el equipo, unida a las dudas en torno a sus lesiones, hacen que el equipo que se lance a su contratación deba hacerlo con prudencia en torno al precio a pagar.

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