Las confesiones más personales de Mery Perelló, la mujer de Rafa Nadal
Mery Perelló, la mujer de Rafa Nadal, ha concedido una amplia entrevista en la que se ha sincerado sobre multitud de temas personales
"Nadie me llama Xisca", dice la esposa de Nadal, que asegura que le gusta el tenis pero no se le da demasiado bien
Mery Perelló no se prodiga demasiado en los medios de comunicación, por eso cuando concede una entrevista se conocen detalles de su vida diaria de y su matrimonio con Rafa Nadal que hasta el momento no se sabían. La mujer del tenista está ahora volcada en su labor al frente de la Fundación benéfica, con la que a través del deporte ayudan a niños y jóvenes con el objetivo de acabar con la desigualdad. Una labor que le ha cambiado la vida incluso más que pasar con el altar con su novio desde adolescentes.
Sobre todo ello se ha sincerado Mery Perelló en una entrevista muy personal concedida a la revista ‘Vanity Fair’ en la que ha tocado temas de todo tipo y en la despeja entre risas una duda extendida en toda España. ¿Cómo le gusta que la llamen? «Tengo muchos nombres. Me llamo María Francisca, pero la gente de mi entorno me dice Mery. La primera vez que se refirieron a mí como Xisca fue en la prensa. Nadie me llama así y es con el que me siento menos identificada». Queda claro que le gusta lo que hace… y también el tenis: «Estudié Administración y Dirección de Empresas, y en cierta manera es lo que hago, aunque no de una empresa, sino de una fundación. ¡Aún mejor! Jugara al tenis siempre me ha gustado, aunque no se me da especialmente bien… Eso sí, me divierto mucho cuando juego».
Profundiza Mery en el tema de la Fundación Rafa Nadal, que centra sus esfuerzos a día de hoy: «Somos una fundación dirigida por personas del entorno más próximo y de la máxima confianza de Rafa, y tenemos la responsabilidad de garantizar que la fundación cumpla la misión para la que se creó: atender la falta de igualdad de oportunidades a través de nuestros proyectos, en España y la India. Para ello, utilizamos la práctica deportiva como herramienta para transmitir valores y aprendizajes».
«Entré en la fundación hace siete años, primero como responsable de proyectos y más recientemente como directora. Me ocupo de definir y supervisar la ejecución del plan estratégico, de las relaciones con los diferentes financiadores y colaboradores, de sacar adelante iniciativas y nuevos proyectos. Además, gestiono el equipo ejecutivo, formado por cuatro personas», añade la mujer de Rafa Nadal.
La India como centro de operaciones
Los inicios fueron de la mano de la Fundación Vicente Ferrer en la India: «Vimos claro que a través del tenis podíamos aportar mucho en este sentido. Juntos decidimos crear una escuela en la que el tenis fuera una herramienta de integración social, de género y de casta, y donde la educación tuviera un papel igual de importante. ¡Y de eso hace ya 10 años! Impresiona ver de qué manera esta escuela ha cambiado la vida de tantos niños y niñas de Anantapur, una de las zonas más pobres de la India».
«Viajo a la India al menos una vez al año, y son muchas las experiencias que me llevo. Afortunadamente, son casi siempre positivas. Recuerdo muy bien el impacto que me causó la primera vez que estuve en Anantapur. Vivir una realidad tan diferente a la nuestra y ver cuáles son las expectativas y prioridades en la vida es una sensación difícil de explicar. Me chocó ver de qué manera los niños del proyecto valoran la ropa y zapatillas que les damos. Lo guardan en sus casas como si fueran un auténtico tesoro», cuenta Mery Perelló.
La mujer de Rafa Nadal reconoce que esta labor le ha cambiado la vida: «Lo que me ha cambiado la vida es el hecho de ser parte del día a día de la fundación. Poder conocer en primera persona realidades tan diversas y formar parte de su trayectoria de mejora me aporta en muchos sentidos, tanto profesional como personalmente. Me siento agradecida».
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