Liga Santander: Huesca-Atlético de Madrid

El Atlético pincha en Huesca

Huesca y Atlético de Madrid quedaron 0-0 en el partido correspondiente a la jornada 4 de la Liga Santander

Atlético

El Atlético de Madrid no pasó del empate sin goles ante el Huesca. Los rojiblancos mejoraron en la segunda parte y se lanzaron a por el partido, pero los oscenses plantaron una muralla que los colchoneros no pudieron superar pese al asedio final. Luis Suárez pasó desapercibido y Joao Félix continúa demostrando que ya ha dado ese paso que tanto se le reclamaba. Empate sin goles, pero con sensaciones diferentes a los partidos del curso pasado pese a que los primeros 45 minutos fueron más pobres. Eso sí, pérdida de dos puntos que puede ser fundamental a la hora de pelear por la Liga Santander al término del curso.

Segundo partido para los del Cholo Simeone en esta edición de la Liga Santander. Segundo partido en tres días, por lo que el técnico argentino apostaba por bastantes caras nuevas en su once para rotar al equipo. Oblak es inamovible en El Alcoraz y en cualquier sitio, por lo que el esloveno defendía el arco del Atlético de Madrid. Por delante, una línea de cuatro defensas con Mario Hermoso como gran novedad. El madrileño formaba en el eje de la zaga con Felipe y Trippier y Lodi repetían en los laterales. En la medular, Saúl y Thomas formaban la pareja de mediocentros, mientras que en la derecha caía Marcos Llorente y en el carril opuesto lo hacía Vitolo. Arriba, Joao Félix y Luis Suárez, que ya dejó grandes sensaciones en su debut con un doblete y una asistencia en 20 minutos.

La victoria ante el Granada hacía soñar en grande a los aficionados colchoneros, pero por lo que se comenzó a ver en Huesca parece haber sido un espejismo. En gran parte, por el planteamiento táctico de los del Alto Aragón. Míchel sabía bien qué partido debían jugar sus hombres y se centró en la defensa para que los Joao Félix, Luis Suárez y compañía no pudieran crear peligro. La línea defensiva y el centro del campo oscense estaban bien unidos y dejaban pocos espacios para la imaginación del futbolista portugués. También ayudaba que no estuviera Koke, el hombre imprescindible para que el juego del Atlético funcione, sobre el verde.

Pobre primer tiempo

El Atlético salió al campo para comerse al Huesca, pero rápidamente se encontró con ese planteamiento táctico que le advertía de que llevarse los tres puntos del Huesca no iba a ser nada sencillo. Ocasiones rojiblancas, pocas. La mejor, una falta desde la frontal del área que asumió disparar Joao Félix y que la mandó por encima del traveseño. El resto, para los locales, pero tampoco lograban incordiar en exceso a Jan Oblak, también por el gran nivel que estaba ofreciendo Felipe para cortar los ataques oscenses.

La más clara para la Sociedad Deportiva llegó a través de un remate de cabeza de Seoane, que se encontró el cuero a la salida de un córner pero que lo mandó por encima del traveseño. El control de balón y la posesión corría a ratos a cargo de un equipo y después del otro. Se estaba viendo sobre el tapete de El Alcoraz un partido muy táctico que era imposible de desajustar para ninguno de ambos bandos. Antes del descanso el Atlético consiguió encontrar un poco más a Joao Félix, pero como Vitolo o Llorente, no acababa de dar el último pase.

Reacción colchonera

Con el 0-0 se llegó al intermedio. A la vuelta Simeone movía el banquillo. Vitolo volvió a desaprovechar otra oportunidad y no salió al campo. En su lugar entró Ángel Correa para darle un poco más de velocidad y alterar el partido con sus diabluras. En la reanudación el que dio más alegría al partido fue el Menino de Oro. El luso gambeteó, dejó a tres rivales en el suelo pero la defensa oscense logró evitar que penetrase en el área. El balón quedó muerto en la frontal del área y apareció Marcos Llorente para lanzar un disparo colocadito que se acabó estrellando en el larguero.

El Huesca seguía demostrando una gran firmeza en el aspecto defensivo. Por mucho que el Atlético se estrellase una y otra vez con los centrales de la Orden de la Cruz de San Jorge volvía otra vez. Los colchoneros no tenían otro recurso, no atacaban por las bandas ni colgaban balones y así no lograban incomodar a Andrés Fernández. Los que sí molestaron a Oblak fueron Siovas y Ferreiro con dos ataques consecutivos. El central, un cabezazo tras una falta que colgaba Mikel Rico. El segundo, con un chut desde la frontal del área tras recoger un despeje de Felipe.

Joao Félix, el timón

Cuando el reloj marcaba la hora de juego, Luis Suárez erró la ocasión del partido. Pase en profundidad del mago Joao Félix que deja solo al uruguayo delante del portero, pero en lugar de disparar, optó por regatear. Andrés Fernández le aguantó y lo hizo muy bien para mandar el balón a córner cuando el ex del Barça se la jugó desde una posición muy escorada. Tras esto, el charrúa y Llorente al banquillo para que entrasen Carrasco y Diego Costa.

A punto estuvo de abrir la lata Joao Félix. Cada vez que el balón pasa por los pies del portugués demuestra que estudió en Hogwarts. Pura magia lo del luso. Recogió el balón en la frontal del área, sorteó a varios adversarios y su disparo final se fue lamiendo el poste de la portería oscense. Míchel también movió el banquillo. Entraron Rafa Mir para darle más poderío físico al ataque del Huesca y Ontiveros, que avisó rápidamente con un disparo marca de la casa que se fue rozando el poste de la portería de Jan Oblak. Para el cuarto cambio, el Cholo apostaba por la figura de Koke y que Saúl dejase su puesto al capitán.

El Huesca, infranqueable

Felipe también tuvo la suya en un córner que sacó Carrasco. El central brasileño se anticipó a Andrés Fernández en su salida, imagen que recordaba claramente a la de Miranda con Diego López en la final de Copa de 2013, pero el final fue distinto. El testarazo se marchó por encima de la portería y los rojiblancos buscaban ya a contrarreloj los tres puntos. Pero la muralla oscense seguía en El Alcoraz sin resquebrajarse. Ni una fisura tenían los Pulido y compañía. Jugadón de Carrasco que deja un pase atrás y ni Koke, ni Joao en el rechace, logran mandar al fondo de la red porque cada disparo se estrellaba en un futbolista de Míchel.

El Atlético confinaba al Huesca en su campo sin falta de alguna orden ministerial. Los oscenses vivían encerrados, plantando un muro más grande que los Mallos de Riglos en su área, mientras los capitalinos les asediaban sin parar. Joao Félix seguía intentándolo. El paso al frente del portugués está dado. Andrés salvó en el 89′ el disparo del luso. Y si no era el arquero, era la zaga azulgrana la que ponía todo para que ningún balón entrase en su portería. Y así continuó siendo. Ni en los cuatro minutos de añadido pudo el Atleti evitar su primer pinchazo de la temporada.

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