Liga de las Naciones: Ucrania - España

Adama, mucho más que un revulsivo

Adama Traroé demostró su potencial en la derrota de España ante Ucrania en Kiev. El atacante fue de lo más destacado del equipo español

Esta España no pega

Adama Traoré
Adama Traoré, durante un partido ante Ucrania. (Getty)
Iván Martín

A la tercera fue la vencida y Luis Enrique dio la titularidad a Adama Traoré. Ante Ucrania, en el estadio Olímpico de Kiev, donde España fue muy feliz en 2012, el potente atacante comenzó el encuentro desde el principio, compartiendo delantera junto a Ansu Fati y Rodrigo. En la rueda de prensa previa se le preguntaba al seleccionador si el jugador de los Wolves podía ser titularidad y tras decir que sí lo demostró con hechos horas después.

Adama se ha convertido en el principal atractivo de la selección española en esta concentración. Y no es para menos. Su físico y potencia no pasan inadvertidos. Nunca España tuvo un jugador tan potente como Traoré y Luis Enrique quiere aprovechar a un futbolista diferencial. Un jugador que coge la pelota, levanta la cabeza y se lanza al ataque sin importarle lo que se encuentre por delante. Es normal, muy pocos son los defensas capaces de pararle. De hecho, las ayudas en la zaga rival son contantes para detener a un futbolista que cuando arranca es un auténtico peligro.

Ante Ucrania el que le sufrió en la primera mitad fue Sabol. Al defensa ucraniano a lo mejor no le tocó bailar con la más fea, pero sí con la más fuerte. Y lo notó. Por ello, en cuanto Adama recibía trataba de estar muy encima de él para evitar que consiguiese correr, aunque no siempre lo consiguió. En varias ocasiones se vio desbordado y Adama fue capaz de pisar línea de fondo, aunque sus centros no fueron buenos. Una potencia sin control que no permitía a España sacar rédito, ya que ningún jugador español era capaz de conectar con el esférico. Traoré también se sintió en alguna ocasión algo desconectado en la banda, lo que le llevó a desplazarse al centro para pedir el balón y buscar un protagonismo que durante varias fases del encuentro no tenía.

En el segundo acto la vida cambió poco para Adama, aunque sí comenzó a ser más vertical. Dejó de pisar la cal para ser más directo y generar más peligro. En una de estas acciones llegó a la frontal, recortó y se sacó un disparo que puso en dificultades a un portero ucraniano que estuvo muy acertado durante todo el encuentro.

Luego llegó el gol de Ucrania y tocó buscar el empate. Así sé remangó Adama, que se inventó una gran asistencia para Dani Olmo que cerca estuvo de transformar. Volvió a ser protagonista cuando quedaban cinco minutos para el final con un nuevo centro, el enésimo de la noche, que llegaba a Ramos y casi terminaba en premio.

Finalmente, España perdió y Adama fue de lo más destacado del equipo español. El atacante demostró que es mucho más que un simple revulsivo y que Luis Enrique puede contar con él desde el principio.

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