El oligarca ruso ha sido denostado en Gran Bretaña

Abramovich hizo su fortuna a través de subastas amañadas

Roman Abramovich
Roman Abramovich

La guerra iniciada por Rusia en Ucrania ha terminado por explotar en la cara a Roman Abramovich, hasta hace poco presidente del Chelsea y, hasta la fecha, actual propietario del conjunto blue aunque en proceso de venta. Al oligarca ruso le han pillado con las manos en la masa en la construcción de una fortuna que se forjó a través de subastas amañadas y posteriores ventas al gobierno ruso por un precio muy superior al que invirtió inicialmente. El empresario se encuentra ahora mismo sancionado por la Unión Europeo, tiene congelados sus activos y está exiliado temporalmente en Israel.

Todo empezó en 1995 cuando Abramovich se llevó una subasta para comprar una compañía petrolera del gobierno ruso. La subasta, amañada a su favor, permitió llevarse la empresa por 250 millones de dólares, lo que serían cerca de 230 millones de euros. La empresa en cuestión era Sibneft, la misma que 10 años más tarde, en 2005, vendería de nuevo a Rusia por 13.000 millones de dólares, casi 12.000 millones de euros, 52 veces el precio que le costó gracias a aquella subasta que amañó.

Todo esto se remonta a 2012, cuando fue demandado por Boris Berezovsky en Londres, uno de sus ex socios. Fue durante aquel juicio cuando Abramovich reconoció en el tribunal inglés que durante la subasta realizó pagos corruptos al Kremlin a través de Berezovsky para que él fuera el ganador de la empresa Sibneft. Pese a la polémica y denuncia de su socio, el dueño del Chelsea. fue el que se llevó el caso.

Según la información presentada por BBC, toda esta documentación se logró mediante un documento de cinco páginas sacado de contrabando de Rusia. De hecho, se copiaron los archivos que la policía rusa guardaba sobre Abramovich. El medio inglés da validez al contenido del mismo ya que asegura que muchos de los datos los ha verificado con otras fuentes que hacen encajar las piezas.

Según este documento, el gobierno ruso habría sido estafado con la compra de Sibneft en 27.000 millones de euros, algo que asegura una investigación que inició el Parlamento ruso en 1997. En el mismo señalan que la intención de las autoridades rusas tras estudiar lo sucedido era acusar a Abramovich de fraude.

«Los investigadores llegaron a la conclusión de que si Abramovich pudiera ser llevado a juicio, habría enfrentado acusaciones de fraude […] por parte de un grupo delictivo organizado», dice parte del documento al que ha tenido acceso el medio británico. Además cuentan con la declaración de un ex fiscal ruso que investigó la subasta y determinó que todo fue «fraudulento» ya que los involucrados formaron un grupo que permitieron la privatización de Sibneft en favor de Abramovich y Berezovsky, que engañaron al Gobierno ruso y vendieron la empresa por un valor muy inferior al que tenía. Según estos documentos, el aún propietario del Chelsea estaba siendo protegido por el ex presidente Boris Yeltsin, el cuál detuvo la investigación.

Según los documentos hubo una segunda subasta amañada, Slavneft, para la que Abramovich formó otra sociedad para su compra. Pero antes de la compra, surgió un competidor chino que estaba dispuesto a ofrecer el doble que ofrecían el grupo de Abramovich. En los informes relatan que un representante de la empresa asiática fue secuestrado cuando éste llegó a Moscú y no fue soltado hasta que los chinos se separaron.

Los actuales abogados de Abramovich niegan estas informaciones, dicen que son acusaciones falsas y que el ruso no tenía constancia de ningún secuestro ni que el presidente Yeltsin le estuviera protegiendo.

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