COPA DEL REY / OCTAVOS DE FINAL

0-2. Al Atlético le sirve el resultado, pero fracasa en el juego

Infame partido del equipo, al que rescató del drama una genialidad de Correa que acabó Morata

Simeone se comportó como si el Atlético fuera quien jugara en Segunda División

Penalti de Kondogbia no señalado con 0-1 en el marcador

Llorente sentenció la eliminatoria en el descuento

0-2. Al Atlético le sirve el resultado, pero fracasa en el juego
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Un instante de genialidad de Correa rescata al Atlético de una noche infame y acaba con la maldición de una de sus bestias negras, pero no oculta la enorme crisis de identidad que sufre el equipo, al que el Levante empequeñeció en muchas fases de un partido del que sólo sirve el resultado. Marcó Álvaro Morata en el primer disparo rojiblanco entre los tres palos y y cerró la eliminatoria Llorente en el descuento, pero de nuevo quedaron marcados muchos jugadores. El objetivo de los cuartos de final está conseguido, pero hay pocos motivos para sentirse optimistas.

Receloso tras lo sucedido en los cuatro últimos partidos ante el Levante, en los que siempre se vio obligado a remar contra corriente, Simeone dio prevalencia al cero en la portería renunciando a la condición de favorito para evitar que un gol valenciano supusiera un cataclismo para un equipo que ya de por sí se aguanta con pinzas.

Oblak, en efecto, se marchó al descanso sin encajar gol, pero a costa de una de las peores imágenes colectivas que se le recuerdan al Atlético de Simeone, que durante casi todo el primer tiempo dio la impresión de haber intercambiado la categoría con un Levante que poco a poco empezó a sentirse cómodo con el balón y acabó haciendo méritos suficientes para obtener una mayor recompensa.

No hubo ocasiones en el área de Femenías, cuyo máximo pico de trabajo fue lanzarse al suelo para recoger un centro raso de Nahuel. Tampoco es que a Oblak le sacaran astillas los guantes, pero sí que vivió un primer tiempo más agitado. A los 24 minutos saltó con Bouldini en el área y el rechace lo envió a la red Álex Muñoz, pero Figueroa Vázquez entendió con buen criterio que el marroquí había cargado ilegalmente al portero.

A partir de ahí todo sucedió cerca de la zona de castigo rojiblanca. El propio Bouldini remató alto un minuto más tarde y poco después, a los 34 minutos, Pablo Martínez enganchó una volea tremenda que hizo levantarse a todo el estadio, pero que por fortuna para el Atlético no cogió portería.

Figueroa Vázquez no quiso prolongar más el sufrimiento de Simeone y mandó a los jugadores al vestuario con un cero a cero tan peligroso como revelador. Sin tirar a puerta, sin crear peligro y con muchos jugadores señalados por su indolencia, el Atlético se encerró en su caseta a reflexionar sobre 45 minutos indecentes que ponían en serio peligro su futuro en la Copa del Rey.

El Cholo señaló al más débil en el descanso y prescindió de Pablo Barrios para dar entrada a Correa, dejando en el campo a Nahuel, De Paul y Kondogbia, que pedían a gritos una ducha anticipada. El argentino se fue a la banda, Llorente pasó a jugar en la media punta y Griezmann se tiró algo más a la izquierda. El Atlético dio un paso hacia adelante y, ahora sí, asumió que él era el equipo de Primera División, y no su enemigo.

Mirando por fin de cara al partido, no tardó en sacar fruto de su recuperada valentía. A los 53 minutos Correa conquistó el espacio necesario para mandarle un pase perfecto a Llorente, que en la banda derecha prolongó al segundo palo para que Morata, aprovechando el error de Son, que soltó su marca, resolviera con un disparo duro a la red ante el que no pudo hacer nada Femenías. Por primera vez desde tiempos inmemoriales el Atlético se puso por delante ante el Levante. Una nueva historia.

Sin embargo el gol, lejos de calmarlo, aún incrementó más los nervios del equipo. Del equipo y de su entrenador, al que le dio un ataque de pánico con el 0-1 y decidió relevar a Morata para dar entrada a Saúl con media hora de juego por delante. El Atlético desapareció del campo rival durante muchísimos minutos y volvió a sufrir como en la primera parte, pero tuvo suerte de que el Levante no encontrara el camino para hacerle daño a Oblak, aunque tuvo su ocasión en un penalti de Kondogbia a los 68 minutos ante el que se quitaron de en medio tanto el árbitro como el VAR, y que pudo haber cambiado el resultado.

Ya a la desesperada Calleja recurrió a Soldado y tiró todo el equipo arriba, favoreciendo que el Atlético, al contragolpe, sentenciara el resultado a los 90 minutos en un pase de Nahuel a Llorente, que resolvió con facilidad para darle al equipo una victoria mucho más holgada de lo que se mereció en el campo.

 

 

 

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